El futbolista de los 'tobillos de cristal'

La historia protagonizada por parte de Mikel Rico durante la semana pasada puede resultar tan curiosa como sorprendente. Y es que el jugador celeste pasó en apenas tres días de tener que retirarse del entrenamiento cojeando y ayudado por los compañeros a colaborar activamente en el último triunfo de los celestes ante el Antequera.

Todo comenzó en el entrenamiento del jueves cuando, en un lance en el partidillo, Mikel Rico giró el tobillo más de lo preciso y se hizo un esguince que le obligó a retirarse del césped de Santo Domingo ayudado por un compañero y con claros gestos de dolor.

Esta circunstancia hizo que el jugador celeste se convirtiera en duda para el choque del domingo y que se pasara el viernes y el sábado en periodo de observación para ver cual era su evolución.

Sin embargo, el jugador experimentó una recuperación casi milagrosa en prácticamente horas. "El viernes probé un poco pero quise ser prudente y ya el sábado con unos buenos vendajes me encontré mejor. Por eso cuando el míster me preguntó que si estaba para jugar, le dije que sí", explica el propio Mikel Rico.

No obstante, esta recuperación prodigiosa encierra algo más. Y es que tal y como confesaba Mikel Rico en los micrófonos de Radio Ejido justo antes de iniciar el partido del domingo, "los esguinces a mi ya no me afectan demasiado, porque he tenido tantos que mis tobillos son como de cristal. Así que ya sé que lo único que me puede pasar es que se me hinche un poco el pie y que a lo mejor tenga que estar con un poco de dolor un par de días. Pero eso es algo a lo que estoy acostumbrado ya".

Por tanto, está claro que sólo una causa de fuerza muy mayor podrá impedir que Rico esté en el choque del domingo ante el Betis B. Un duelo sobre el que opina que "nuestra mentalidad va a ser, como siempre, la de ir a ganar para sacarle más ventaja a un rival directo en nuestra lucha".