El general de la batalla de Brunete

Antonio Jesús dirigió a los alevines de la U.D. Almería y los aupó hasta la quinta posición

Antonio Jesús, en la Flor de Valencia con el escudo al fondo.
Antonio Jesús, en la Flor de Valencia con el escudo al fondo.
Pablo Laynez Rodríguez

02 de junio 2008 - 05:02

El torneo alevín de Brunete sólo fue la guinda que coronó un apetitosísimo pastel, que venía amasando desde hace mucho tiempo. Antonio Jesús, que esta temporada ha conseguido el ascenso a División de Honor juvenil con la U.D. Almería, se ha ganado a base de mucho trabajo un puesto entre los mejores entrenadores de nuestra provincia.

Con sólo 18 años se sacó el título juvenil. "Empecé a entrenar al Oriente porque no quería que me dijeran que tenía enchufe en el Pavía (Antonio Jesús es sobrino del Tito Pedro). Entrené al División de Honor en la temporada 1995-96, donde nos enfrentamos a jugadores de la talla de Jesuli o José Mari en el Sevilla".

"Paso al Almería Club de Fútbol donde presentaba informes de futbolistas y llevaba a un equipo cadete. Me voy al Pavía de Liga Nacional y después llevo al senior. Pero me tuve que ir a Sabadell a trabajar. Allí, a través de un coordinador, me puse en contacto con el club de fútbol y me ofrecieron el infantil preferente. Al año siguiente cojo el Liga Nacional del Sabadell y, además, me saco el título nacional de entrenador", destaca el almeriense.

En esos momentos, Casuco se pone en contacto con Antonio Jesús para que realice informes de equipos. "Fue el primer año de Segunda División de la Unión. Veía los partidos del Zaragoza porque los equipos que dejaban eran los rivales del Almería en la siguiente jornada. Recuerdo que el primer encuentro fue contra el Córdoba y que destaqué a dos jugadores: Cani y Juanlu".

Tras su aventura laboral por tierras catalanas, regresa a Almería. "Firmé por cuatro temporadas con la Unión para seguir espiando a equipos rivales. Esta vez, me tocó ver los treinta y ocho partidos del Eibar, que era al que seguíamos. Pero es un trabajo muy cansado y no está valorado", relata.

Sin embargo, Antonio Jesús se cansó de "tanto viaje" y estuvo a punto de "dejarlo" y tomarse "un año sabático". En ese momento, lo llamaron de La Mojonera. "Allí se trabaja con muchos inmigrantes y era una cosa que me gustaba. Además, creo que se presta más atención a los equipos base que en la capital. El 90% de los inmigrantes son de Guinea Bissau: muy disciplinados y que, a lo mejor, venían a entrenarse después de trabajar y tras recorrer más de 15 kilómetros en bicicleta desde sus casas hasta el campo".

De nuevo, el Almería se interesa por él. "No quería cogerlo porque acababa de tener un hijo, pero entre mi padre y mi mujer me convencieron. Así, me veo con el equipo de Liga Nacional juvenil con el que buscábamos no pasar apuros. Sin embargo, yo sabía que habíamos diseñado una plantilla muy competitiva y nos conjuramos en un hotel de Melilla antes de comenzar", recuerda.

Antes de que se diera por concluida la temporada, a Antonio Jesús le llegó la oportunidad de llevar al Almería en el torneo alevín más prestigioso de España. "El equipo de Brunete era un melón por abrir. Aunque son niños, mentalmente son fuertes. Nos clasificamos tras vencer al Madrid y, en la siguiente ronda, hicimos el mejor partido del torneo frente al Valencia. Los penaltis fueron una lotería: los tiraron los que se veían con más fuerzas, y salió cruz. Al principio los noté decepcionados, obviamente, pero se dieron cuenta de lo que habían conseguido: ser quintos en la general sin perder ni un partido", concluye.

stats