Una habitación sin olor y copas de cristal, básicos para una cata de vinos
La directora del curso enumera algunas de las condiciones necesarias para estos actos
En este curso de verano los alumnos están teniendo la oportunidad de realizar distintas catas de vinos. Su directora, Virginia Bosquet, explica que existen varios elementos para el ritual de una cata de vinos: una habitación bien ventilada, sin olores, un fondo blanco, unas copas de cristal, unos picos de pan y agua. El fondo blanco, señala, es "muy importante" porque es fundamental en un vino apreciar su aspecto visual: "Hay que inclinar la copa hacia adelante. No levantarla, eso es un error, porque puede confundir el color del vino con el resto de colores que haya en la sala". El tipo de copa también influye. Es mejor, dice esta experta, una copa ancha de abajo y estrecha de arriba que permita una mejor concentración de aromas y con un cristal lo más fino posible porque así se captan los olores y sabores del vino de manera más definida. Los picos de pan y el agua sirven para anular el sabor del vino anterior cuando se realiza una cata con varios tipos de caldos, para que los matices de uno no perturben los del siguiente.
En el aspecto visual hay que tener en cuenta el color, el matiz, la intensidad, la limpidez y la fluidez, según señala esta enóloga. Los vinos blancos jóvenes tienen un color amarillo que va desde el pálido hasta el verdoso, pasando por el limón, el pajizo o el dorado. Si el vino ya no es tan joven toma tonalidades doradas y si ha envejecido adquiere un color asalmonado, signo de que el caldo se ha oxidado.
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