Nunca se sabe dónde está el clavo en el camino que provoca el pinchazo inesperado. El Almería buscaba enlazar su tercera victoria consecutiva ante Las Palmas, pero se topó con un rival experto en ceder el dominio del balón al contrario y contragolpear con inusitado peligro, cómodo en esa faceta del juego. 

Gracia sabía de las virtudes del conjunto isleño, pero a veces el conocimiento no evita el golpe, pese a que la entrada de su equipo al campo fue buena y no hizo presagiar lo que iba a deparar la primera mitad. Porque el Almería quiso el balón desde el primer minuto y buscó la portería contraria. 

La circulación no fue la misma que ante Sabadell o Ponferradina, con un Iago Falque más desasistido de lo habitual, pero las llegadas al área canaria eran continuas. Carlos Calvo, Charles de espuela y Soriano probaron al meta Barbosa en los diez primeros minutos con tres remates que salieron demasiado alto. 

Si en ese instante del partido hasta alcanzado el ecuador del mismo alguna casa de apuestas lanza pregunta por quién será el primero en marcar, el Almería habría ganado de calle las pujas, pero el fútbol reserva sorpresas por ese componente de imprevisibilidad que lo hace tan atractivo para el espectador. 

Las Palmas empezó a desperezarse casi sin llamar la atención, forzando un saque de esquina sin aparente peligro dada la escasa talla de sus jugadores, pero una salida en falso de Esteban en su intento de despeje dejó el balón muerto para el central Murillo, que remachaba de cabeza el balón a la red. 

Lobera tenía el partido donde buscaba, el escenario perfecto para fundirle los plomos a los rojiblancos en un contraataque, y no tardó en hacerlo efectivo. 

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Un córner favorable para el Almería terminó en pies de Vitolo, que corrió metros en busca de Thievy para que éste asistiera a Chrisantus y el nigeriano rematara cruzado lejos del alcance de Esteban para elevar el 0-2 al marcador y dejar mudo el graderío. 

Era la primera vez en lo que va de temporada que los de Gracia se veían con esa losa en el primer acto y tuvieron tiempo de remediarlo antes del descanso, pero Carlos Calvo disparó al muñeco tras plantarse solo delante de Barbosa gracias a un gran pase al hueco de Corona. 

El partido enfilaba el 45 y se ponía bastante cuesta arriba hasta que el colegiado Martínez Valero hizo un 'Cakir' expulsando de forma rigurosa a Vitolo tras ver la segunda tarjeta amarilla, dejando de esta forma una puerta a la esperanza en la afición local, que acto seguido veía cómo Aleix Vidal empezaba a calentar. 

Al extremo tarraconense le acompañó el ariete murciano Chumbi, que dispuso de la primera ocasión del segundo acto con un disparo cruzado que atajaba abajo Barbosa. Gracia se la jugaba dejando una defensa de tres formada por Pellerano, Marcelo y Gunino, sacrificando a Christian, en teoría el más lento de la zaga. 

El efecto fue inmediato y un claro penalti por empujón de Deivid sobre Gunino permitía a Charles recortar distancias, pero el brasileño fallaba su primera pena máxima del curso. Apenas tardó diez minutos en compensar su error rematando de cabeza a la red un buen centro de Gunino que hizo creer en la remontada. 

El tanto del empate estuvo en la cabeza de Charles con un remate al poste, también en las botas de Chumbi, que no acertó a remachar un balón muerto, pero fue Rubén, recién ingresado en el campo, quien puso las tablas con un zurdazo raso desde fuera del área. La victoria parecía posible, pero Murillo, en el añadido y con otro cabezazo a saque de esquina, ponía la puntilla.