Las calles del Centro de Almería se convirtieron este domingo noche en una juguetería viviente al aire libre gracias a los cientos de almerienses que, un año más, volvieron a acudir a la última gran cita deportiva del año en la capital, una San Silvestre que ha cumplido doce ediciones en este 2019. Los participantes, atendiendo a la temática elegida por la organización, se enfundaron sus originales disfraces y dieron vida a los juguetes que tomaron la ciudad en una ineludible cita navideña para los amantes de las carreras populares.

Este grupo de amigas, con la diseñadora de 'Utopian Dreamers', Elena Morales, participó con disfraces de 'comecocos'.

Soldaditos de plomo, Barbie, Ken, piezas Lego, comecocos, fichas de dominó y hasta un futbolín, entre muchos otros, se reunieron en una esperada prueba, con salida y llegada en el Paseo de Almería, tras pasar por Avenida Federico García Lorca y Obispo Orberá, que tuvo como vencedor absoluto a Zouhair El Janati, haciendo los 6 kilómetros (2 vueltas) en un tiempo de 27' 30". Un día antes, al igual que Paula Ramírez, la primera fémina, se impuso en El Ejido. Para amenizar esta jornada de deporte y diversión para todos los públicos hubo actuaciones musicales desde las 18:00 horas en la Plaza Pablo Cazard. El ambiente, como en ediciones anteriores, no defraudó y cientos de personas dieron aliento a los corredores durante todo el recorrido.

No faltó tampoco el lado solidario de una carrera que este año ha focalizado su ayuda en la Asociación Daño Cerebral Almería BRADA. Además desde el Club Deportivo Aquéatacamos se llevó a cabo una campaña de recogida de juguetes para que ningún pequeño se quede sin sus regalos de los Reyes Magos en una ciudad de Almería que escenificó en este último domingo del año su propia versión de la película Toy Story. Los participantes corrieron "hasta el infinito... ¡y más allá!", como bien diría Buzz Lightyear, ficticio personaje del film de Pixar. La XII San Silvestre fue todo un homenaje a los recuerdos más bonitos de la infancia, una carrera en la que los almerienses sacaron al niño que todo el mundo lleva dentro.