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La intimidad de un festejo muy reivindicativo

Abrazos, cánticos, gritos. La clasificación argentina al Mundial de Rusia 2018 en Quito será recordada como la noche en que Lionel Messi y sus compañeros se convirtieron en hinchas desaforados. Fue un desahogo en la intimidad del vestuario del estadio olímpico Atahualpa de Quito después de tanta presión y sufrimiento a lo largo de la eliminación sudamericana y las frustraciones arrastradas con las derrotas en las tres finales consecutivas del Mundial de Brasil 2014 y las Copas América 2015 y 2016.

"Los jugadores me van a demostrar que salen a ganar, quieren salir campeón, que lo llevan adentro, como lo llevo yo", corearon los jugadores saltando y haciendo girar sus camisetas en el aire, un cántico tradicional de los estadios argentinos y que popularizó la barrabrava de Boca Juniors. Dybala, Mercado y Otamendi fueron algunos de los que retrataron esos instantes en las redes sociales.

Messi fue uno más en el festejo, subido a un banco y aferrado a uno de los armarios mientras saltaba y cantaba, tras una noche épica con su hat-trick a Ecuador. La puerta amarilla del vestuario se abría a cada segundo, permitiendo a la prensa ser testigo de aquel instante íntimo.

El presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), Claudio Tapia, estrechó en un extenso y afectuoso abrazo a Messi. Se soltaron, se dijeron unas palabras y fue entonces el delantero quien volvió a estrechar al dirigente por varios segundos más. Quizás en agradecimiento a su apoyo a lo largo de estos años en que la crisis institucional de la AFA afectó de forma directa a la selección.

Los jugadores argentinos le dedicaron además duros calificativos a la prensa crítica en un canto que se escuchó desde afuera y luego se viralizó en las redes por un video anónimo: "Hay que alentar hasta la muerte, porque a Argentina la quiero, porque es un sentimiento y lo llevó en el corazón... y no me importa lo que digan esos putos periodistas, la puta que los parió, acá está la selección", tronaron. En la noche de Quito, todo fue sonrisas y alivio. Y así lo expresaron los jugadores a cada instante.

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