Un juego que queda entre familia
Álvaro Fernández ha sido uno de los artífices del ascenso del Almería Basket a Liga EBA Su hermana María también ha conseguido subir de categoría este curso con el CB Almería
No han nacido en Barcelona ni juegan en Memphis y Los Ángeles, pero su caso, parecido al de los hermanos Gasol, no es muy común. Se trata de los hermanos Fernández Cueto, Álvaro (1991) y María del Mar (1996), aunque ambos lucen su segundo apellido en las camisetas de sus respectivos equipos. El primero juega en el Almería Basket, que subió hace un mes a Liga EBA en Coín. La segunda, juvenil que también juega en senior, también ha subido esta campaña con su equipo, el CB Almería, de Primera División Nacional a Liga Femenina 2.
Además de llevar el mismo apellido tanto en la camisola como en el DNI, ambos comparten una misma pasión: el baloncesto. "Desde toda la vida llevamos jugando", afirman ambos. "Mi hermana aprendió gracias a mí. En el jardín de nuestra casa teníamos una canasta y allí pasábamos los días", recuerda Álvaro, a la vez que afirma María: "Todo lo que sé lo he aprendido de mi hermano y del resto de la familia, que también le gusta el baloncesto".
María, que ha terminado segundo de Bachillerato, y Álvaro, finalizando el grado de Psicología, aseguran que no ha habido "peleas" entre los dos por el baloncesto. Eso sí, cuando a uno se le pregunta por el otro, se hacen un pequeño lío. ¿Cuáles son las virtudes de cada uno? Responden ellos. "Mi hermana es muy buena, ha conseguido mucho y puede jugar a un buen nivel porque es muy joven. Le falta defender un poco mejor con las manos. Pero es muy completa", asevera Álvaro. Responde su hermana: "Él tiene que atacar un poco mejor y echa muchas broncas".
Entonces se entromete Andrea, amiga de ambos: "María, te han preguntado por las virtudes, no por los defectos". La jugadora del CB Almería se ríe y responde rápidamente: "La verdad es que mi hermano defiende, pasa y tira muy bien".
Entre que son buenos (Álvaro ha sido campeón de Almería desde alevines hasta juveniles y María ha jugado en la selección andaluza en infantiles y cadetes) y que son sus hijos, sus padres han tenido algún que otro apuro los fines de semana. "Nuestros padres están orgullosos. A veces no sabían a cuál ir. Cada uno iba a uno", aseguran estos dos jugadores de baloncesto.
Sus padres están orgullosos. Como para no estarlo con los dos ascensos. "Llevamos todo el año entrenando para subir. Cuatros días para ejercitarse más los partidos. Luchamos desde agosto", afirma Álvaro. Ambos no se plantean objetivos largos, sino seguir acumulando minutos y pasárselo bien con su pasión. Una pasión familiar.
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