Una imagen vale más que mil palabras. La expresión de Ramis tras el tanto de Tino Costa lo decía todo; un suspiro de alivio, porque la victoria en casa ante un rival aseadito no debe ocultar las lagunas de un conjunto que ha perdido su patrón de juego, el mismo que con éxito supo inculcar Ramis para competir con garantía en esta complicada categoría. El sistema que a la UDA le otorgaba un interesante marchamo, fue variado en la segunda mitad de Soria y en la noche de ayer. Deshacer el binomio ofensivo Nano/Fidel es un lujo innecesario para un equipo que compite en permanente igualdad. A Fidel no se le vio cómodo por la derecha. Solo sus destellos desequilibraron a la zaga contraria. De igual manera, a Pozo apenas se le adivinaron un par de detalles marca de la casa, pero siempre encorsetado en la izquierda, como jugando a contrapié. Por el centro Rubén Alcaraz, otro buen jugador desaparecido e incómodo, tampoco encontró su lugar. Es cierto que Verza pasa por ser un jugador necesario, pero el ex del Girona sufrió de lo lindo con su nueva ubicación. Hay quien puede pensar, mientras lee esta acta, que se han logrado tres puntos, y que me estoy excediendo en mis críticas negativas sobre el nuevo esquema pero, como siempre, no me influye el resultado a la hora de analizar un choque, porque hablamos de la liga regular de Segunda, que es larga y agotadora. Se venció a un justito Lorca, en casa, con demasiadas fases a merced del rival. Sería muy fácil dejarse llevar por la victoria, pero eso se lo dejo a otros. Estoy seguro (o eso espero) de que Ramis no es de los que se conforman, y analizará al amparo de ese suspiro final lo que le conviene en el futuro a su conjunto. Aun así, no todo fue negativo, ni mucho menos, porque Fran Rodríguez por fin disputó un buen encuentro. La única duda que me asalta es si frente a rivales de más enjundia podrá irse tan alegremente al ataque; y no digamos fuera de casa. En cualquier caso, punto positivo para el lateral. Al igual que para René, uno de los mejores guardametas que han recalado en el club rojiblanco. No creo que pudiera hacer mucho más en el tanto encajado. El balón va a la escuadra y el disparo es cercano, pese a que va por su lado. El resto de sus intervenciones, soberbias. También es de destacar el trabajo de Caballero, casi más enfangado en sucias labores defensivas que otra cosa. Quizá no debería el ariete argentino solidarizarse tanto con sus compañeros, ya que se le necesita más fresco a la hora de aguantar, fijar a la zaga contraria y en el momento de rematar a gol. Es curioso, porque en el campo acabaron cuatro jugadores que ascendieron a Primera con sus equipos la pasada campaña: René, Alcaraz, Verza y Juan Muñoz. Pienso que hay materia suficiente como para no pasar apuros, pero como indiqué al comienzo de esta acta, sin un patrón determinado y unos jugadores desubicados, en esta categoría no se puede competir, y hasta el equipo más imberbe puede inquietar de más. Que la victoria de anoche no tape los boquetes.