La mejor manera de ganarse el puesto

La opción que gozaba de menos confianza se convierte en la más fiable y la que da sentido a un equipo, por suerte, 'irreconocible' Conexión magnífica con Pozo, le facilita la vida Vélez

José Ángel se hace con el balón en el centro del campo.
José Ángel se hace con el balón en el centro del campo.
Pablo Laynez

07 de noviembre 2016 - 05:02

Todo el mundo sabe de fútbol, todo el mundo se cree que tiene el carnet de entrenador y hace su quiniela sobre un posible once o tiene la pócima mágica para cuando su equipo va mal. Es fácil opinar cuando las cosas se hacen bien y por eso era sencillo adivinar que José Ángel le iba a dar al Almería lo que necesitaba, después de haber demostrado ante el Nástic hace dos semanas y durante buena parte de la temporada pasada sus cualidades.

El sevillano hizo al Almería mucho mejor, tan sencillo como eso. Le aportó recuperación y salida de balón, algo que los mediocentros puros no tienen. Copiando las estrategias de otros rivales, como hizo el Zaragoza por ejemplo, el Córdoba quiso aprovecharse del lío que se suelen hacer los rojiblancos a la hora de construir. Sin embargo, ayer no contaban con que iba a jugar un futbolista que sí sabe romper la primera línea de presión y que enganchó a la perfección con Pozo y cía. Éste fue José Ángel, jugador que no ha contado con la confianza de Soriano y que se ha debido de ganar la titularidad con partidos como el de ayer. Volver ahora al doble pivote defensivo, sería lanzarse piedras contra su propio tejado, puesto que este traje le sienta mejor al Almería.

El comienzo del encuentro fue muy bueno, como ante el Levante, el partido angular en el que se fiajaban jugadores y técnico cuando hablaban de la capacidad de la plantilla. La mejor ocupación del centro del campo favoreció que los rojiblancos movieran rápido el balón y encontraran constantemente huecos en la defensa de un Córdoba que, eso sí, no vivía encerrado en su área. José Ángel hizo mejor a Fran Vélez, más cómodo sin la responsabilidad de sacar el balón; le dio frescura a Pozo, que no tenía que bajar tanto para ejercer de enganche; y ayudó a la defensa en general, gracias a su buen despliegue físico. De hecho, en una de sus recuperaciones y apertura rápida a banda, Ximo se aprovechó de su velocidad para servir el primer gol.

Con el marcador a favor y las prisas del Córdoba, el Almería estaba tranquilo y bien plantado en su campo. Si bien en otros encuentros se acula demasiado y le da opción al rival de plantarse con facilidad en la puerta del área rojiblanca, ayer los de Soriano presionaban arriba y montaron varias jugadas muy peligrosas que bien pudieron haber puesto la guinda al partido. La más clara salió de las botas de José Ángel, que le puso el balón de gol a Dubarbier, que falló solo.

En los últimos minutos, entre que llevaba amarilla y empezaba a acusar la inactividad, José Ángel dejó su puesto a Diamanka. Aplausos y sensación de que el sevillano se ha ganado el puesto con creces. Aunque ya se sabe que el hombre siempre tropieza...

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