¿Por qué murió Simoncelli?

23 de octubre de 2011, segunda vuelta del Gran Premio de Malasia de moto GP en el circuito de Sepang, Marco Simoncelli pierde la trazada y se desplaza lateralmente hasta encontrarse con la trayectoria que llevaban Collin Edwards y Valentino Rossi, produciéndose un choque entre las motos de los pilotos y el cuerpo de Simoncelli. El casco del italiano sale despedido y su cuerpo queda inerte sobre el asfalto del circuito. Minutos después, se hace oficial su fallecimiento.

Estas imágenes se han repetido cientos de veces en las televisiones de todo el mundo, y mucho se ha escrito y comentado sobre si se podía haber evitado, si la atención médica fue correcta en tiempo y forma, o simplemente por qué.

Después de ver el video de la caída y de leer las diferentes crónicas, se postulan dos posibles causas de la muerte de Simoncelli, un traumatismo craneoencefálico o una lesión de la columna cervical.

TRAUMATISMO CRANEOENCEFALICO

Cada año, millones de personas sufren un traumatismo craneal y la mayoría de estas lesiones son leves porque el cráneo proporciona una protección considerable al cerebro. En cualquier actividad deportiva puede producirse un traumatismo craneoencefálico. El año pasado, el ciclista Wouter Weiland, tras sufrir una caída en el Giro de Italia, falleció a consecuencia de la misma y debido a una fractura de cráneo que le ha provocado un traumatismo craneoencefálico severo.

Los traumas se deben a heridas penetrantes en el cráneo o a la aceleración o desaceleración rápida del cerebro, que lesiona los tejidos en el punto de impacto, en el polo opuesto (contragolpe) y, también, difusamente en el interior de los lóbulos frontales y temporales. El tejido nervioso, los vasos sanguíneos y las meninges se desgarran y rompen, lo cual ocasiona la aparición de isquemia o hemorragia intracerebral y extracerebral y edema cerebral.

Las fracturas craneales pueden dañar las arterias meníngeas o senos venosos grandes, produciendo un hematoma epidural o subdural. Las fracturas, sobre todo las localizadas en la base del cráneo, pueden asimismo producir una laceración en las meninges (capa que envuelve el cerebro), originando la salida de líquido cefalorraquídeo (es el líquido en el que "flota" el cerebro y la médula dentro del cráneo y la columna) por la nariz (rinorrea) o el oído (otorrea), o bien la entrada de bacterias o aire en el interior de la cavidad craneal, así como la presencia de salida de sangre por dichos orificios. El aumento de la presión intracraneal, particularmente cuando se asocia a compresión o deformación de algunas partes vitales del cerebro, puede provocar aumento de la presión arterial, junto con un enlentecimiento del pulso y de la respiración.

El caso de Simoncelli salió despedido como consecuencia del impacto, bien porque no tuviera la sujeción adecuada o porque la intensidad del golpe provocó que éste fuera despedido de forma violenta, dejando así de proteger la cabeza del piloto de impactos sucesivos contra el asfalto.

El fallecimiento se produce en el acto al producirse importantes hemorragias dentro del cerebro que afectan a los centros vitales como el de la respiración o el de la función cardiorrespiratoria.

TRAUMATISMO CERVICAL

Del 2 al 6% de las lesiones que afectan a la columna cervical, se deben a accidentes deportivos entre los adultos, y pueden llegar hasta el 20% en la edad pediátrica. Hay 7 vértebras cervicales, la primera de ellas articula con la base del cráneo, hueso occipital y la séptima es la más prominente y la podemos tocar como un pequeño "bulto" en la nuca. Son las vértebras que envuelven y protegen la médula espinal, desde su salida del encéfalo a todo lo largo de la columna. En el cuello, todas las fibras nerviosas van agrupadas, llevando la sensibilidad y la fuerza hacia las extremidades superiores e inferiores. Sin embargo, las vértebras están tapizadas por un complejo ligamentoso muy potente. Por la parte anterior, el ligamento longitudinal anterior, en la parte posterior, el ligamento longitudinal posterior, y en los laterales, el ligamento amarillo.

En función de dónde se produzca la lesión, la gravedad varía. Por ejemplo, cuando una persona es ahorcada, se produce la fractura de la vértebra C2, lo que conlleva la muerte inmediata. Siempre que se produzca un traumatismo severo que afecte a las 4 primeras vértebras cervicales, la muerte es inminente e inmediata. Se produce una lesión del centro que controla la tensión arterial, la función cardiorrespiratoria y la temperatura. Si el traumatismo afecta a esta región pero la intensidad es escasa, y es diagnosticada convenientemente, se puede instaurar un tratamiento con corticoides intravenosos a dosis muy altas, que reduzcan al inflamación del cordón medular debido al traumatismo, así como una inmovilización con un collarín especial para luego intervenir y estabilizar la fractura con tornillos. Si el traumatismo lesiona las vértebras entre C4 y C7, el paciente queda tetrapléjico debido a que se dañan el cordón medular que lleva la inervación a las 4 extremidades. Conforme va descendiendo el nivel del daño a nivel de la columna, las consecuencias van descendiendo en gravedad. Es decir, si en lugar de lesionarse las vértebras cervicales, lo hacen las dorsales, el paciente queda parapléjico. Esto es debido a que las fibras nerviosas van abandonando la médula hacia músculos y territorios que quedan por encima de la lesión.

En el caso de Simoncelli, pudo perfectamente recibir un golpe directo en la parte posterior de la columna cervical que le provocó un movimiento de la cabeza hacia atrás, como cuando se produce una frenazo brusco cuando vamos en el coche y la cabeza, primero se mueve hacia delante y luego un movimiento rebote hacia atrás. Si la energía del traumatismo es lo suficientemente intensa, se rompen los ligamentos que estabilizan las vértebras cervicales, produciéndose un movimiento de cizallamiento del cordón medular, que queda lesionado de forma irreversible, produciendo la muerte inmediata si el daño en entre las 4 primeras vértebras cervicales.