LA CONSULTA DEL ESPECIALISTA

El papel higiénico y la salud

  • El PFAS es una molécula presente en el papel higiénico y usado por la mayoría de las empresas del sector, estando relacionadas con algunas enfermedades, incluido el cáncer

El papel higiénico se agotó en numerosos supermercados en el inicio de la pandemia

El papel higiénico se agotó en numerosos supermercados en el inicio de la pandemia / Erasmo Fenoy Núñez

Seguro que todas las personas recuerdan al inicio de la pandemia como todo el mundo se afanó en comprar rollos y rollos de papel higiénico como si el mundo fuera a terminarse; los carros de la compra estaban casi más llenos de papel que de alimentos de primera necesidad. Pues bien, un producto tan necesario y usado en todo el mundo, puede estar relacionado con algunas enfermedades, incluido el cáncer.

Esta afirmación viene relacionada con un producto usado para la fabricación del papel higiénico, PFAS, que corresponde a las siglas de Per-poliFluoroalquiladas, en concreto la variante 6:2 DiPAP. Esta sustancia se encuentra también en productos de limpieza y en cosmética y se usa, en el caso del papel higiénico, para transformar la madera donde se obtiene el papel en pulpa, más fácil de procesar y de almacenar.Resulta que al descomponerse el papel, puede contaminar la tierra y las aguas residuales, quedándose latente durante años, pudiendo afectar a las tierras de cultivo y al agua potable.

Las PFAS pueden encontrarse también en:

- Alimentos envasados en materiales que contienen PFAS, procesados con equipo que utilizó PFAS, o cultivados en tierra o con agua contaminados con PFAS.

- Productos domésticos comerciales, como telas repelentes de manchas y agua, productos antiadherentes (como teflón), compuestos para pulir, ceras, pinturas, productos de limpieza y espumas para combatir incendios (una importante fuente de contaminación del agua subterránea en los aeropuertos y bases militares donde se realiza el entrenamiento para combatir incendios).

- Lugares de trabajo, como plantas de producción o industrias (por ejemplo, cromados, fabricación de productos electrónicos o recuperación de petróleo) que utilizan PFAS.

- Agua potable, comúnmente localizada y asociada con una planta específica (por ejemplo, fabricante, relleno sanitario, planta de tratamiento de aguas residuales, centro de entrenamiento para bomberos).

- Organismos vivos, como peces, animales y seres humanos, donde las PFAS pueden acumularse y persistir con el paso del tiempo

¿Qué países pueden verse afectados?

El PFAS es una molécula presente en el papel higiénico y usado por la mayoría de las empresas del sector. En Estados Unidos el 5% de PFAS pertenecía al papel, el 40% del vertido en Suecia y casi el 90% de Francia.

Eso no quiere decir que los estadounidenses consuman muy poco papel o que los franceses demasiado, sino que ese tóxico debe estar presente en otros productos a mayor escala puesto que Estados Unidos es uno de los países más afectados.

¿Qué problemas puede causar el PFAS?

Hay unas 5000 moléculas derivadas del PFAS; de ellas, una de las más dañinas y conocidas es la 6:2 DiPAP. No se conocen todas, pero sí se sabe que hay miles y la mayoría sin descubrir. Tampoco se sabe la toxicidad exacta, es decir, cuánta cantidad de esas moléculas en el agua podría permitirse. Existe evidencia de que la exposición a las PFAS puede causar efectos perjudiciales a la salud humana. Si los seres humanos, o los animales, ingieren PFAS (comiendo alimentos o bebiendo agua que contenga PFAS), las PFAS se absorben y pueden acumularse en el cuerpo. Las PFAS permanecen en el cuerpo humano mucho tiempo. Por lo tanto, a medida que la gente se expone a las PFAS de distintas fuentes, el nivel de PFAS en el cuerpo puede aumentar hasta el punto en que sufran efectos perjudiciales para la salud.

Los estudios en animales de laboratorio indican que el PFAS pueden causar efectos adversos en los sistemas reproductivos e inmunitarios, así como en el desarrollo, y en órganos como el hígado y los riñones. Ambos agentes químicos han causado tumores en estudios de animales. Las conclusiones más repetidas de los estudios de epidemiología humana son los mayores niveles de colesterol en las personas expuestas, con datos más limitados relacionados con bajo peso al nacer, efectos en el sistema inmunitario, cáncer y alteración de las hormonas tiroideas.

¿Cómo se puede atajar el problema?

Desde las agencias de vigilancia y seguridad se opta por buscar alternativas al PFAS a la hora del procesado de la madera. De esta forma, ese tóxico dejará de estar presente y el problema se solucionará con los años.Sin embargo, es difícil en tanto en cuanto las cadenas de producción están adaptadas a este sistema y los cambios son caros, pero no imposibles. Además, al estar presentes en otros procesos productivos y hasta que las administraciones no se pongan de acuerdo y prohíban el uso como ocurrió cuando el deterioro de la capa de ozono y los CFC, no se arreglará. Luego vendrán países que actúan por libre como China o la India, que seguirán contaminando al ritmo que les da la gana, sin pensar en los demás sino única y exclusivamente en su beneficio.

¿Y el usuario?

Las personas lo tenemos complicado. Debemos estar alerta sobre estudios y noticias que vayan saliendo así como presionar a los políticos para que actúen antes de que sea demasiado tarde. Se han propuesto el uso de filtros de grafito y otras partículas para que queden atrapadas y eviten ser ingeridas como ocurre con la cal y otros tóxicos que deberemos evitar ingerir.

Usar papel higiénico deberemos seguir usando, pero podemos ser más conscientes con aquellas marcas que han optado por otro proceso de fabricación que no use los PFAS. Ya no se trata de cómo nos pueda afectar, por ahora no se sabe la cantidad de partículas a partir de las cuales estamos en peligro, sino también del tiempo que dichas sustancias tóxicas permanecen en la tierra, causando daños a nuestro entorno y a nuestros hijos.

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