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Un paraíso para el visitante

Sierras de lomas suaves, donde predominan las zonas adehesadas de encinas y alcornoque, entremezcladas con bosque mediterráneo y algunos cultivos de olivo y vid. En algunas zonas umbrías y húmedas de los municipios de Constantina y Cazalla, junto a los únicos robles melojos de la provincia, se dan además castañares para el aprovechamiento maderero, fundamentalmente varas para varear los olivos. Junto al centro de visitantes El Robledo se encuentra el jardín botánico del mismo nombre, donde se recoge una colección de las especies vegetales más características de Sierra Morena.

La red hidrográfica del Parque Natural también juega un papel fundamental en su historia y paisaje. Tres son los ríos principales que refrescan la comarca: el Rivera del Huéznar, en la zona central del Parque, el río Viar, al oeste y, por último, el Retortillo, al este. El Viar tiene poco bosque en galería, donde practicar la pesca de la trucha, una modalidad insólita en Sevilla, pero ahora no permitida por estar haciéndose un programa de reintroducción.

Quienes opten por el senderismo y el cicloturismo puede recorrer la Vía Verde de la Sierra Norte, un antiguo trazado ferroviario minero que discurre entre el antiguo poblado de Cerro del Hierro y la estación de tren Cazalla- Constantina.

Águilas imperiales ibéricas, reales y perdiceras surcan el cielo del Parque Natural. También son habituales aves carroñeras, como el buitre negro y el leonado. Entre los mamíferos ungulados, son frecuentes el ciervo y el jabalí. El monte público de Las Navas-Berrocal, en Almadén de la Plata le permitirá observarlas de una forma sencilla.

Contribuyen a su patrimonio cultural, los diez municipios que forman parte del Parque, aportando interesantes monumentos histórico-artísticos como castillos árabes, iglesias y ermitas de tradición cristiana. Vestigios de un pasado más lejano se hallan en Almadén de la Plata, donde se han encontrado restos prehistóricos y una cantera romana.

Por otro lado, gozan de renombre internacional los productos artesanales, como vinos y anisados de Cazalla de la Sierra y Constantina. También es tradicional la elaboración de dulces de la Puebla de los Infantes, los aceites de Guadalcanal o Alanís y los embutidos de El Real de la Jara y Almadén de la Plata. Su cocina especializada en carnes de caza es exquisita; un buen ejemplo de ello la caldereta de ciervo de Las Navas de la Concepción.

Naturaleza. En cuanto a la fauna, los ciervos son los representantes más característicos en la zona de los grandes mamíferos herbívoros peninsulares. Éstos, junto con el jabalí, constituyen los trofeos de caza mayor más frecuentes en el Parque. Entre las especies más abundantes si bien esquivas y difíciles de ver son el zorro, la jineta, el turón, el tejón, el meloncillo, el gato montés o la nutria.

Sin embargo, las aves son el grupo de vertebrados más abundante en el Parque. En éste encuentran refugio especies tan interesantes como el águila imperial ibérica, alimonda el buitre negro, el mirlo acuático o la cigüeña negra.

Entre los valores geológicos y paisajísticos de Parque destacan Las Cascadas del Huéznar y el Cerro del Hierro. En este último, la extracción de hierro, ya desde los tiempos de Roma, ha originado un paisaje muy peculiar al retirar el mineral acumulado en los huecos existentes en las rocas calizas del Paleo-Karst. En las cascadas destacan unas impresionantes formaciones travertínicas y magníficos bosques galerías.

La Sierra Norte es también rica en yacimientos arqueológicos y en ella se han encontrado enterramientos en dólmenes, así como numerosos asentamientos y necrópolis de la época romana. Asimismo, existen cuevas con restos de civilizaciones prehistóricas como las Cuevas de Santiago, en Cazalla de la Sierra, que forman un complejo con diferentes entradas y donde habitan varias especies de murciélagos, o la Cueva de los Covachos en Almadén de la Plata. En esta última existen salas donde aparecen formaciones carbonatadas de gran belleza.

Actividades al aire libre. Una de las actividades que despierta más interés entre los visitantes que se acercan al Parque Natural Sierra Norte de Sevilla es la práctica de escalada en el Cerro del Hierro, un paisaje del que parecen emerger cientos de agujas de la tierra y que presenta múltiples vías de todas las dificultades. Pero es el senderismo la actividad más adecuada para conocer activamente los atractivos naturales, paisajísticos y culturales de este espacio protegido. Para ello se presentan un total de 19 vías verdes. Entre ellas, destaca el de Las Laderas, uno de los itinerarios más completos por su diversidad de paisajes y el de los Castañares, cuyos árboles dan sombra en verano y en otoño se tornan en un colorido espectáculo. Recorrer la Vía Verde de la Sierra Norte de Sevilla realizando cicloturismo o turismo ecuestre es otra de las posibilidades. A lo largo de este itinerario sorprenden los Monumentos Naturales de las Cascadas del Huesna y el Cerro del Hierro. Aunque nos encontremos en la sierra, también se pueden disfrutar de los deportes acuáticos. Un ejemplo es el paseo en piragua en el embalse del Pintado, que permite refrescarse y contemplar el paisaje adehesado característico del Parque. Una buena opción para los meses estivales. Sin embargo, a comienzos del otoño, escuchar la berrea del ciervo en las proximidades de los centros de visitantes Cortijo El Berrocal se convierte en una experiencia inolvidable.

Pueblos con sabor. El Parque Natural de la Sierra Norte de la provincia de Sevilla es un paraíso para el visitante no sólo por la naturaleza sino también en gastronomía, ya que esta tierra conserva el sabor de lo tradicional y el legado cultural de su cocina. Las características climáticas y vastas extensiones de dehesa hacen de esta comarca un entorno ideal, tanto para la cría del cerdo ibérico como para la elaboración y curación de jamones y otros productos derivados de máxima calidad, siendo el jamón ibérico la estrella de los embutidos de esta sierra.

La ruta del ibérico pone a disposición del viajero lugares de ensueño y los manjares más exquisitos y saludables, capaces de satisfacer a los paladares más exigentes, magníficamente representados por los restaurantes de esta comarca. La vida del cerdo ibérico transcurre en libertad en dehesas repletas de encinas, alcornoques centenarios y grandes pastizales donde la bellota es la base alimenticia. La unión doméstica entre el cerdo y el hombre ha generado multitud de recetas a base de porcino y ha aportado a las despensas uno de los manjares más deliciosos y sabrosos de los que disfruta nuestra gastronomía: el jamón.

La Sierra Norte de Sevilla es un lugar idóneo no sólo para la cría del cerdo ibérico, sino también para la elaboración y curación de jamones y otros productos derivados del mismo. Los embutidos elaborados con carne de raza ibérica se distinguen de otros por la calidad superior de la materia prima utilizada. Son chacinas conocidas internacionalmente por la sutileza de su sabor.

Una vez más, el secreto de estas delicadas piezas es herencia de la sabiduría ancestral de los pueblos productores de carnes curadas y resultado de una perfecta armonía entre tiempo, condiciones climatológicas adecuadas y esmero.

Las localidades de la Ruta del Ibérico son: Alanís, Almadén de la Plata, Cazalla de la Sierra, Constantina, El Pedroso, El Real de la Jara, Guadalcanal, La Puebla de los Infantes y Las Navas de la Concepción.

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