La peliaguda misión de conjuntar doce fichajes

A Luis Miguel Ramis le pagan por buscar soluciones cuando el equipo encaja derrotas y no acaba de mostrar una línea de continuidad en el juego y en ello se encuentra el técnico catalán, reo de una planificación deportiva en la que se asumieron los riesgos de traer a futbolistas en baja forma o directamente lesionados a sabiendas de que había que pagar un peligroso peaje.

Se valoraron los pros y los contras y a apenas 48 horas de encarar la cuarta jornada liguera el técnico asume que para el choque ante el Lorca seguirá sin poder contar con el concurso de Juan Muñoz, mientras que en Cádiz quedó patente que Nauzet Alemán, tras más de medio año en el dique seco, sigue lejos de su mejor forma física y a Tino Costa le está costando más de lo esperado coger el ritmo.

Tres jugadores llamados a asumir un rol prioritario con los que el preparador tarraconense no está pudiendo contar con la asiduidad que le gustaría, no ya para los partidos en sí, sino incluso para incrementar la competitividad en los entrenamientos.

El Almería ha experimentado un profundo proceso de transformación durante el presente verano con la adquisición de una docena de fichajes, a los que hay que unir el regreso de Hicham de su cesión al Celta de Vigo, futbolistas que, por tanto, tampoco conocía el propio Ramis. De los 22 efectivos del plantel, solo nueve se mantienen del curso pasado, casos de Motta, Nano, Joaquín, Morcillo, Trujillo, Gaspar, Fidel, Álamo y Pozo.

De ellos el preparador rojiblanco está empleando a siete en su once tipo de este arranque liguero: Motta, Nano, Joaquín y Morcillo vienen integrando la zaga titular, Gaspar y Fidel los extremos y Pozo la mediapunta en labores de enganche y uno, el canterano Gaspar, el curso pasado apenas entraba para revolucionar algún partido, si bien la lesión de Javi Álamo (ya recuperado) provocó que recurriese a él.

A la espera de recuperar piezas, solo cuatro de las trece caras nuevas se han hecho un hueco en la titularidad. René ha arrancado en forma bajo palos, mientras que Mandi y Alcaraz conforman el doble pivote con cierta solvencia (sopena del borrón de Soria, donde se vieron desbordados) y Caballero vive en la melancolía del ariete al que no le llegan balones que rematar, tras el fugaz chispazo de la primera jornada frente al Nástic y la ocasión desperdiciada contra el Numancia.

Asunto peliagudo para Ramis el de conjuntar un plantel casi nuevo por completo. Está por ver si insiste en arriesgar con la salida de balón desde atrás, persiste en el juego horizontal renegando de la verticalidad y mantiene el 1-4-2-3-1 o empieza a probar otras variantes tácticas más acordes con el perfil de jugadores de los que dispone en la actualidad.