El piscolabis de la unión

En el cambio de actitud y aptitud operado por el equipo en Lugo mucho tuvieron que ver las modificaciones tácticas implementadas por Fran Fernández (brillante dibujo mixto sin apenas tiempo para trabajarlo) y el retoque de posición de jugadores como Ximo o Azeez en una decisión cargada de valentía por parte de un técnico debutante en el fútbol profesional. Pero eso no fue todo, el preparador almeriense logró lo que parecía más difícil, corregir el aspecto mental y lograr que el plantel ya parezca una piña.

En eso tuvo mucho que ver el aperitivo que los jugadores llevaron a cabo en la zona interior del estadio el viernes pasado tras la penúltima sesión preparatoria de la semana. A iniciativa de Raúl Lozano (quizá con cargo de conciencia por la comida privada inicial con Sereno, Borja, Corona y Quique) se le solicitó a un conocido negocio zapillero un piscolabis para todo el grupo.

Algunos incluso albergaban reticencias creyendo que no pocos harían mutis por el foro, pero allí se quedaron todos y casi por primera vez en lo que va de temporada los futbolistas intercambiaron opiniones en un ambiente distendido, al margen del agobio clasificatorio.

La empresa no era fácil porque la herencia de Soriano a nivel grupal es bastante nociva. La cosa ha llegado al punto de que el propio Ángel Trujillo (uno de sus fichajes el pasado verano), en su intento por despedirse del entrenador maño una vez conocida su destitución por parte del presidente, se encontró conque el de Alfamén ni siquiera descolgó el teléfono para contestar.

En estos días de transición a la espera de que el club anuncie formalmente la llegada de un nuevo técnico al banquillo unionista o la continuidad de Fran Fernández, está resultando clave el papel de Corona. Poniendo su condición de capitán por encima de consideraciones particulares y personales, al talaverano se le ve muy implicado en reconducir la situación.

Haciendo de tripas corazón ante ciertas situaciones que no acaba de compartir, Corona (tipo analítico donde los haya) salió a dar la cara por Fran Fernández en las horas previas a la visita a Lugo. Ya en el Anxo Carro se le vio metido en el partido pese a no jugar, protestando desde la banda a los colegiados e induciendo la piña que todos hicieron al término del encuentro, en una imagen cargada de simbolismo.

Todo salió a pedir de boca para recuperar el afecto de la afición rojiblanca ante el Huesca. Tanto es así, que pocos echaron en falta que Pozo no disputase ni un solo minuto. No era el día ni el lugar, pero ya espera al domingo...