Llega el primer partido de España en el Mundial y con él la primera decisión importante de su seleccionador, Vicente del Bosque: ¿jugará con el enigma que hoy supone Diego Costa, apostará por la vieja guardia que representan Villa y Fernando Torres o reforzará su apuesta por el falso nueve?

La campeona del mundo debutará el viernes ante Holanda (22:00) en la reedición de la final de Sudáfrica 2010, un partido clave por los cruces con el grupo de Brasil y exigente. Y la elección del técnico salmantino para la delantera será debatida desde que se haga pública, una hora antes del comienzo encuentro.

No es ningún secreto que el mayor hándicap que tiene España está en su dificultad para hacer goles, para transformar en números su caudal de juego, control y ocasiones. Así se comprobó en los dos partidos amistosos previos a su viaje a Brasil, en los que sólo pudo ganar por 2-0 a Bolivia y a El Salvador, a pesar de la endeblez de los dos rivales y del buen número de oportunidades generadas.

Fernando Torres fue el titular ante Bolivia. Marcó de penalti, pero su actuación recibió numerosas críticas, tantas como su propia convocatoria. No jugó ni un minuto ante El Salvador y parece que se convierte la última opción para la punta de lanza. Frente a El Salvador, Del Bosque reforzó su confianza en Diego Costa, pero al final el protagonista del encuentro fue Villa, autor de los dos tantos de su equipo. Un doblete que significa un acicate para un jugador que parecía con más pasado que presente, teniendo en cuenta su marcha del fútbol de élite para fichar por el New York City, con el que jugará los próximos tres años.

La actuación de Villa eclipsó a un Diego Costa que sigue generando dudas. No tanto ya por su estado físico, que parece bueno tras superar una lesión muscular, sino por su adaptación a un conjunto con tan singulares características en su fútbol. Por si fuera poco, el hispano-brasileño apenas cuenta con experiencia. Sólo ha jugado dos partidos internacionales con España, ambos incompletos, y no ha marcado. Y nunca disputó un torneo como un Mundial, que tanto suele premiar la experiencia. Eso es lo que le sobra a Villa, aunque El Salvador no es Holanda.

La tercera opción que maneja Del Bosque es la del falso nueve, una forma de generar superioridad en la medular si al final Holanda juega con tres defensas y dos laterales adelantados, como parece.

"No hay un fútbol único. Para nosotros es más importante llegar que estar. Tenemos gente muy inteligente", acostumbra a decir Del Bosque, que ante las críticas y tras ganar la Eurocopa de 2012, se cargó de razones. "No nos ha ido mal", aseguró.

Si Del Bosque insiste en ese esquema sin delanteros, tan de su agrado y que tan bien funcionó en la Eurocopa, aparece un primer candidato: Cesc Fábregas. En el Mundial intentará reivindicar una figura que salió muy dañada de la última temporada. Muy criticado en el Barcelona, parece cada vez más claro que su futuro inmediato está lejos del club azulgrana. El seleccionador lo aprecia mucho y siempre destacó su "inteligencia" para aparecer en zonas dañinas del ataque. La otra apuesta que aparece en el horizonte para esa posición es Silva. Lesionado en la última parte de la temporada con el Manchester City, parece afrontar los días previos al Mundial en una gran estado de forma física. Así lo evidenció ante El Salvador, dando un recital en la segunda parte.

Pero ese sistema, pese a que se ha probado efectivo, genera dudas. "Si lleva cuatro o cinco delanteros, no poner a ningún nueve es una locura. Que se puede jugar, está demostrado que sí, pero en un Mundial es diferente, no es una clasificación", dijo el ex goleador argentino Mario Kempes. "El seleccionador tendrá dudas sobre los jugadores que empiecen ante Holanda", aseguró Villa hace unos días. La última palabra, como siempre, la tendrá Del Bosque.