FÚTBOL

El regreso de Adam, el triunfo del fútbol

  • Los Molinos CF espera con los brazos abiertos a su jugador ecuatoguineano, de catorce años, que llegó a España en patera y sin familia, y al que ahora han mandado a vivir a Huércal-Overa, alejándolo de sus amigos

El cadete de Tercera Andaluza de Los Molinos, con la pancarta y camisetas de apoyo a Adam

El cadete de Tercera Andaluza de Los Molinos, con la pancarta y camisetas de apoyo a Adam / D.A.

No son pocos quienes llegan a las costas españolas en patera y olvidan su difícil pasado y presente con el balón, siendo esa hora y media que dura el entrenamiento su principal válvula de escape para tener la energía suficiente para levantarse al día siguiente. En diciembre de 2020 la Junta de Andalucía registró hasta 2.507 menores migrantes inscritos en el Registro de Menores Extranjeros No Acompañados (MENA). Al drama de jugarse la vida por buscar un futuro mejor se une el de vivir en un país diferente sin familiares.

Es el caso de Mamadou Adam, que a los trece años, abandonó Guinea Ecuatorial para recorrerse media África como buenamente podía y plantarse en Marruecos, donde hace seis meses cogió una patera y llegó a Canarias. Adú era una realidad para el pequeño, alejado de videoconsolas y otros lujos. Ni disfrutar de poder ir al colegio. Simplemente buscaba sobrevivir. Adam fue trasladado a España, quedando a cargo de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) y residiendo en las viviendas que Almería Acoge dispone en el Quemadero.

Fue entonces cuando comenzó a vivir gracias a Los Molinos CF, donde se presentó a entrenar y donde lo acogieron con los brazos abiertos. En el histórico club comenzó a entrenar con el conjunto de Tercera Andaluza, encontrándose con buenos compañeros que terminaron por formar su círculo de amigos. Tal fue el cariño que encontró que tanto el entrenador del equipo, Juanjo Cid, como otros padres del club iniciaron los trámites para convertirse en familia colaboradora (poder, por ejemplo, que el menor esté con ellos fuera del centro de acogida en el régimen de visitas).

Con Los Molinos no podía jugar los partidos oficiales al no cumplir los requisitos que pide la Real Federación Andaluza de Fútbol, consecuencia del artículo 19 del del Reglamento sobre el Estatuto y la Transferencia del Jugador de la FIFA, en el que queda prohibida la transferencia internacional de los menores de 18 años, lo que provocó endurecer los trámites burocráticos para inscribir a extranjeros. A pesar de ello, Adam era pura felicidad al entrenar con sus nuevos compañeros y amigos, con quienes durante hora y media olvidaba su duro pasado.

Todo se torció cuando hace unas semanas cuando fue mandado en un primer lugar al Centro de Menores Piedras Redondas y tras no haber suficientes plazas en este, hasta el de El Saltador, en Huércal Overa, a 120 kilómetros de la capital. El traslado le alejó de sus nuevos amigos, de los que no pudo ni despedirse. "Hemos iniciado una movilización, mostrando camisetas y una pancarta antes de cada partido. Iniciamos la movilización. Queremos que se escuche al menor y una vez que se escuche, se haga el esfuerzo de trasladarlo a un centro más cercano, como los de Aguadulce o Los Molinos. Sólo deseamos el bienestar el menor", explica Juanjo Cid, su entrenador.

"Determinan que el centro disponible es el de Huércal-Overa y que tiene que irse allí. No le preguntan nada, si está o no a gusto", prosigue el técnico, que lamenta el cambio de aires después de que Adam estuviese por fin integrándose a su nueva realidad. "Ahora lo está pasando mal, no quiere estar allí", explica tras uno de los entrenamientos, que ya no son lo mismo sin el ecuatoguineano. Pero, lejos de tirar la toalla, trabajan en cada sesión para llegar en buena forma al partido del fin de semana, en el que volverán a lucir una pancarta que reza "tus amigos, compañeros y familia estamos esperándote; vamos a luchar por el destino que quieres y mereces". Que el mensaje se cumpla.

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