Hay atletas que son inaccesibles, otros que posan gustosos con todo el que se lo pide y luego están aquellos desconocidos que persiguen a sus ídolos para hacerse una foto: la  villa olímpica de Londres 2012 es un reflejo del estatus social y  deportivo de cada uno. Los hay simples, humildes, soberbios, amables, rodeados de guardaespaldas, simpáticos, introvertidos o distantes. El abanico de personalidades es enorme y pocos atletas coinciden a la hora de evaluar el trato de las estrellas con el resto de los mortales. 

"Hay unos que son muy sencillos y humildes, pero hay otros que son arrogantes", señaló la nadadora boliviana Karen Torrez. "No sé si me tocó mala suerte, pero a Michael Phelps le pedí una foto y primero ni se dio la vuelta. Insistí, aceptó y luego preguntó: ¿Algo más? A lo mejor en un día malo lo toqué", señaló la nadadora, que aseguró que Ryan Lochte, compañero de Phelps en el equipo de natación de Estados Unidos, es "más sencillo". 

En cambio, el nadador colombiano Omar Pinzón tuvo otra experiencia con los grandes nombres: "Son muy humildes, personas que no podemos  creernos que han ganado lo que han ganado. Hay muchas cosas que hay  que aprender de ellos". El español Kiyoshi Uematsu, judoca, coincide con Pinzón. "Casi todo el mundo es muy accesible. Nadie se cree superior, todos somos deportistas y estamos aquí para lo mismo". 

La figura del atletismo de Pekín 2008 y que apunta a repetir misma condición en Londres 2012, el jamaicano Usain Bolt, camina rodeado de guardaespaldas. Doyler Sánchez, un levantador de pesas colombiano que sueña con hacerse una foto con el velocista, no las tiene todas consigo: "Si se deja...". Cerca de 10.500 atletas de 204 países diferentes se dan cita en los Juegos de Londres 2012. Pero no todos viven en la villa. 

Número uno del tenis mundial, el suizo Roger Federer no duerme en la villa olímpica porque el escenario del tenis, Wimbledon, está a  dos horas de distancia. "Ni siquiera lo analicé. Estaba fuera de debate. Entiendo que si son tus primeros o segundos juegos quieres estar ahí, hacer todo.  Pero si quieres dar lo mejor (siendo tenista) es difícil quedándose en la villa", dijo Federer, máximo favorito al oro en Londres. 

Las relaciones internacionales entre los estados que representan los atletas que conviven durante más de 15 días son muchas veces  tensas. Sin embargo, nada interfiere en el día a día, aseguró la nadadora mexicana Érica Dittmer. "Todos son muy lindos y receptivos, una atmósfera maravillosa. La  gente es tan buena y tan respetuosa hacia otras culturas...". 

Entre los atletas que conviven en la villa también los hay despistados, como el venezolano Junior Sánchez. "Uno viene a ver a todos esos atletas y de verdad no sé qué pasó, no los vi", dijo Sánchez, levantador de pesas. Al igual que hay más o menos distraídos, también hay una escala en  la demanda de fotografías. "A los que más les piden son a Kobe Bryant y a Lebron James, pero yo me quedo con los que fueron más amables conmigo, como Pau Gasol, Chris Paul o Ginóbili", señaló el segundo púgil más joven de  Londres 2012, el puertorriqueño Jeyvier Cintron, de 17 años. 

La rusa Maria Sharapova es otra de las demandadas. La ex número uno del tenis mundial se siente admirada y reconoce que no se da cuenta de su condición de estrella del deporte. "Uno de mis mayores errores es visitar la cafetería. Me voy sin  comer y apenas logro rescatar un zumo de naranja. Nunca había visto  tanta gente tan contenta por tener una foto conmigo. A veces soy un poco inocente cuando se trata de mi popularidad y mi éxito". 

Pero cuando la situación se convierte en agobiante la única solución es huir, tal y como relató el judoca español Uematsu,  testigo directo de la fuga del estadounidense Kobe Bryant. "Iban todos detrás y después de cien fotos se quería ir a descansar y no podía. Es un poco demasiado. No ponía mala cara ni  nada, pero iba huyendo". 

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