A la tercera fue la vencida

Purito Rodríguez, tras ser segundo en 2010 y 2011, se alzó con el triunfo en el muro de Huy tras un explosivo ataque final · Se une en el palmarés a Astarloa y Valverde

Purito Rodríguez se echa la mano al rostro justo antes de entrar primero en la meta.
Purito Rodríguez se echa la mano al rostro justo antes de entrar primero en la meta.
Efe / Huy (Bélgica)

19 de abril 2012 - 05:02

Un ataque en pleno ascenso al muro de Huy, en cuya cima estaba la meta, convirtió a Joaquim Purito Rodríguez, segundo los dos últimos años, en el tercer español que inscribe su nombre en la Flecha Valona, después de Alejandro Valverde (2006) e Igor Astarloa (2003). La segunda clásica del tríptico de las Ardenas, con un recorrido de 194 kilómetros con salida en Charleroi y meta en el famoso muro de Huy, consagró el final explosivo de Purito, que remató un intenso trabajo del Katusha.

El español atacó en pleno ascenso al muro de Huy, a 400 metros de la meta, y dejó clavados a todos en un pelotón que se había reagrupado en ese mismo punto. Venció con un tiempo de 4:45.41. Michael Albasini y Philippe Gilbert, respectivamente, lo escoltaron en el podio. Junto al defensor del título, Gilbert, el cartel de favoritos contenía tres nombres españoles: Joaquim Rodríguez, segundo los dos últimos años; Alejandro Valverde, vencedor en 2006; e Igor Antón, quinto en 2011, que sustituía a Samuel Sánchez en el Euskaltel.

La carrera tuvo un inicio tranquilo, pese al viento y a los intentos de fuga. Bellemakers saltó en el kilómetro 60 junto a Roux y formó la escapada del día. Su ventaja, que llegó a los cinco minutos, descendió a partir del kilómetro 100, cuando Katusha y Lotto comenzaron a tirar del pelotón.

A 50 de la meta la pareja tenía 2:40 de margen, con cinco muros por delante y el de Huy por partida doble, pero el Katusha tiraba ya a bloque para llevar a Purito al pie de la última cota en condiciones de lanzar su ataque. Andy Schleck intentó un ataque largo, llevándose a Trofimov y a Fofonov, pero su aventura duró apenas seis kilómetros.

La fuga de Bellemakers y Roux murió a 15 kilómetros de la llegada. El muro de Huy, un kilómetro con rampas que alcanzan el 26%, volvió a erigirse en juez de la batalla, y la lluvia añadió un punto de dificultad al desenlace.

Hesjedal y Nordhaug atacaron a 8 kilómetros y a pie del último muro tenían 13 segundos sobre el grupo, pero el margen resultó insuficiente. Poco después de ser absorbidos, Purito asestó un ataque seco y esta vez, a la tercera, nadie pudo darle réplica.

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