Un viaje a través de los acordes de dos mundos con Música Prima

El grupo 'Música Prima' con su 'Códice Trujillo', músicas mestizas, españolas y afro-americanas, fue el protagonista del concierto celebrado el jueves en el marco del Festival Internacional de Música Renacentista y Barroca de Vélez-Blanco. Un programa con el que el grupo invitó al público presente a un viaje por la dimensión de una música y poesía multiétnica, multilingüe y multicultural, música de dos mundos y de un tercer elemento resaltante, el mestizaje.

De colorido (rezo y llanto) amerindio, con su particular cantar a lo cosmogónico (canto al sol), a lo sagrado, que por momentos se viste en lo amerindio de un lirismo "cuasi romántico". Viaje por la música cortesana donde la polifonía europea se impregna de aromas como de especias de las músicas indígenas amerindias algunas de las cuales, a su vez, adopta las polifonías cortesanas europeas dándoles un carácter original con acentos étnicos particulares.

Por momento las sabias armonías de cantos y música cortesanas europeas se encariñan con el candor natural de la pentatonía americana, como también la sabiduría de la música de los indígenas aporta a las elaboraciones músicas de corte el germen de una "nueva música". Un viaje musical por los "mundos humanos" que llevó a saborear los matices potentes del aporte negro-africano a la música euro-amerindia, con sus guarachas, zarabandas y chaconas.

A la imagen de los juglares, que recorrían Europa desde la Edad media, 'Música Prima' reúne a tres artistas especialistas en los repertorios de la Edad Media al Barroco latinoamericano, que interpretan sobre reproducciones de instrumentos históricos. Francisco Orozco, narrador, actor, canto, laúd medieval y renacentista, guitarra medieval que fue llamada guitarra de péñola y vihuela de mano, Vicente Parrilla, flautas, José Manuel Vaquero con el organetto y la zanfoña, Johanna Rosa, violas, y Álvaro Garrido a la percusión.

Han realizado conciertos en numerosas ocasiones, siendo siempre respetados y apreciados por la alta calidad en sus respectivos cometidos, como pudo comprobar el público de Vélez-Blanco. Su repertorio, que va cronológicamente desde el siglo XIII hasta el XVI, se caracteriza por su variedad tanto temática como tímbrica.

Este grupo de músicos, altamente documentados, atraviesan el tiempo de cuatro siglos y el espacio que va del Mediterráneo al Nuevo Mundo por una ruta multiétnica, multicultural y multilinguística. Sus canciones están llenas de teatralidad. Recuerdan a la música propia del teatro del Medievo. Sus melodías son como cuentos juglarescos donde se tocan y se cantan romances, folias, villancicos y canciones, tanto de autor como anónimas.