La consulta del especialista

La triada de la mujer deportista

  • Es ampliamente conocida su mayor predisposición de sufrir lesiones ligamentosas de rodilla debido a su menor masa muscular y mayor laxitud articular

  • El calor puede matarte

La futbolista Alexia Putellas en su regreso a España tras sufrir una rotura de ligamento cruzado anterior antes de la pasada Eurocopa de Inglaterra.

La futbolista Alexia Putellas en su regreso a España tras sufrir una rotura de ligamento cruzado anterior antes de la pasada Eurocopa de Inglaterra. / Andreu Dalmau (Barcelona)

Como está ocurriendo en todos los ámbitos de la sociedad, la mujer está cada vez más presente en las actividades deportivas tanto a nivel amateur como profesional, con todas las exigencias físicas y mentales que ello supone. Comienza el Mundial de fútbol femenino y muchas jugadoras no han podido acudir a la citan debido a diferentes lesiones o contratiempos. Sin embargo, la genética puede jugar en contra del sexo femenino, haciendo que haya lesiones y trastornos que son más frecuentes en la población femenina que en la masculina.

Es ampliamente conocida la mayor predisposición de sufrir lesiones ligamentosas de rodilla en la mujer debido a su menor masa muscular y mayor laxitud articular. En los últimos tiempos, se ha descrito un trastorno en la mujer que practica deporte y cada vez es más frecuente. Es la conocida como la triada de la mujer deportista. Se compone de tres trastornos: de la alimentación, hormonales y de la calidad ósea.

Una preparación física muy exigente, los horarios de entrenamiento y una mala alimentación, son las claves para sufrir dicho trastorno. Según las publicaciones especializadas, el 62% de las profesionales de las gimnastas sufren algún tipo de trastorno alimentario. A continuación, el 33% de las esquiadoras, 30% de las corredoras de fondo y el 20% de las ciclistas y nadadoras completan las disciplinas que más predisponen a sufrir problemas de esta clase.

Entre las características que definen esta triada, destacamos:

  • Pérdida brusca o progresiva de peso.
  • Estrés psicológico por la competición y los resultados.
  • Excreción excesiva de cortisol y prolactina.
  • Alteración de la calidad ósea. 

1.-Desórdenes alimenticios.

Se considera como el factor desencadenante de la triada. El deseo de mantener un peso ideal puede ser el inicio de los problemas. Hay errores en la alimentación pensando en disminuir el porcentaje de grasa corporal sin pensar en lo necesaria que es ésta para el mantenimiento de los niveles hormonales normales que son importantes para el ciclo menstrual.

Las deportistas que padecen estos problemas, en ocasiones asocian trastornos de tipo bulímico o anoréxico, sin que sea detectado por los entrenadores o padres de las atletas. Ayunos prolongados, consumo de laxantes o diuréticos provocan el descenso de peso y masa corporal de forma significativa. Otra faceta es que se limite el consumo de alimentos energéticos como los que sean ricos en grasas o proteínas.

Se produce una descompensación entre el entrenamiento intenso o la competición a diario sin que se ingiera de forma simultánea la alimentación adecuada para recuperar el desgaste sufrido. Se puede prevenir esta conducta. Es importante valorar qué alimentos son los que la deportista rechaza o no le gustan, observar conductas alimenticias anormales, detectar comportamientos anómalos y una percepción alterada de la imagen corporal. Este desajuste puede provocar desmayos, fatiga precoz, alteración del patrón del sueño y debilidad muscular entre otras manifestaciones. Una vez detectado el problema, se debe instaurar una dieta específica que vaya, poco a poco, corrigiendo los déficits proteicos, grasos y vitamínicos de manera que se incremente el peso corporal entre un 2-3%. 

2.-Alteraciones de la masa ósea.

Debido al patrón nutricional anómalo, en el que se suprime la ingesta de alimentos básicos, se limita la ingesta de calcio y vitamina D que son los principales reguladores y motores de formación de la masa ósea. A esto se suma el descenso de estrógenos como consecuencia de la pérdida de la grasa corporal que constituye el almacén principal de los mismos. Sin el nivel de estrógenos adecuados en sangre, se produce un fenómeno similar al de la menopausia con la pérdida de la menstruación.

Debido a que el hueso carece del aporte necesario de calcio, se pueden producir fracturas de estrés que son las que ocurren tras realizar movimientos repetidos como tras un entrenamiento prolongado o tras un partido de competición. También es frecuente que se produzcan fracturas espontáneas tras un traumatismo leve. Una vez detectado el problema, es importante realizar el aporte oportuno de calcio y vitamina D, ya sea mediante suplementos farmacológicos o bien, mediante alimentos ricos en calcio y vitamina D como son los lácteos, las carnes rojas, frutos secos, pescados ricos en calcio como el salmón. Se deben evitar conductas perjudiciales como la ingesta de alcohol o cafeína así como el consumo de corticoides o anabolizantes. Una vez recuperado el peso y la grasa corporal, se recuperará el nivel de estrógenos y por consiguiente, se corrige el déficit de calcio y vitamina D.

3.-Alteraciones de la menstruación. 

De manera global puede decirse que la amenorrea se presenta en 5% del total de mujeres, sin importar su profesión o actividad cotidiana, pero puede llegar al 20% de las deportistas, siendo las corredoras quienes mayor número de casos registran; la prevalencia de la ausencia de la menstruación se dispara en aquellas deportistas que corren por encima de los 120 km a la semana. Otras disciplinas en las que es común la amenorrea son natación, ciclismo, patinaje artístico y gimnasia; esta última, además, exige cuidar el peso de manera rigurosa, como sucede en las bailarinas profesionales.

Por una parte, la falta de menstruación se relaciona con el estrés psicológico propiciado por entrenamiento intenso y prolongado. Si bien lo anterior es muy frecuente en las atletas de elite o de larga carrera profesional, también se ha detectado en deportistas de nivel amateur y en otras que lo son de manera ocasional.

Las deportistas de alto rendimiento cuentan con un grupo de especialistas al tanto de su estado en general, mismo que está integrado por sus preparadores físicos, ginecólogos, endocrinos, nutricionistas y psicólogos, de manera que las alteraciones que se presenten durante su carrera profesional son tratadas a fin de que no haya consecuencias que afecten sus resultados. Sin embargo, quienes realizan ejercicio por su cuenta y presentan amenorrea deben acudir al médico al primer indicio del problema, ya que dejar pasar el tiempo puede complicar su solución.

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