Fútbol l Reportaje

El único sanmarinense de la Liga está en Níjar

  • Michele Marani es internacional por San Marino y milita en el Comarca de Níjar · Jugó contra España el 9 de febrero de 2005 en la inauguración del Estadio de los Juegos Mediterráneos

La República de San Marino es un pequeño estado situado dentro de la bota ficticia que simula ser Italia. Al igual que el Vaticano, su idioma es el italiano; similar a Mónaco, económicamente es un país rico. Su extensión es de sesenta y dos kilómetros cuadrados y su población supera con dificultad las treinta mil personas. Es decir, que municipios almerienses como El Ejido o Roquetas son más grandes. Sin embargo, a diferencia de estas localidades, San Marino tiene una selección de fútbol propia, que ocupa actualmente el puesto 203 del ránking FIFA, que se nutre de los futbolistas aficionados que militan en alguno de los quince equipos que juegan en la liga sanmarinense.

Como la vida es una novela que ni el mejor literato de la historia universal hubiera sido capaz de escribir, San Marino fue rival de España en la fase de clasificación para el Mundial de Fútbol de Alemania 2006. Precisamente, el partido de vuelta se jugó en Almería y sirvió como inauguración del Estadio de los Juegos Mediterráneos un 9 de febrero de 2005.

El resultado, que fue de 5-0 [0-6 en la ida], es lo menos importante del relato. Pues bien, en la selección sanmarinense había un centrocampista que jugaba en las categorías inferiores del Calcio y que se ha convertido en el único futbolista de esta nacionalidad que milita en la Liga Española. ¿El motivo? Que después de dicho partido salió a darse una vuelta con sus compañeros y conoció a una almeriense, por la que decidió venirse a esta tierra.

El Comarca de Níjar, equipo de Tercera División, es su único sostén económico y su manera de seguir contando para el seleccionador de San Marino. Habla bien del Comarca. "Es un gran equipo. Y Antonio Casado, un gran entrenador y una persona magnífica", dice Michele Marani, el protagonista de esta historia. Pero vayamos por orden.

Marani, su nombre de guerra, ha desarrollado toda su carrera deportiva durante 27 años en la Liga italiana. Federación Sanmarinense, San Marino Calcio, Iuvenes, Real Misano, San Marino, Imola y Católica fueron sus equipos antes de fichar por el conjunto nijareño. Ha jugado en 36 ocasiones con su selección, a la que él mismo califica de las "siete u ocho peores". Sin embargo, muchos ya querrían haberse paseado por los mejores campos de Europa como él ha hecho. "Otras selecciones, como Liechtenstein, nacionalizan a jugadores alemanes. Pero eso no ocurre en mi país", dice orgulloso.

"De mi selección sólo es profesional Endyselva, que juega en la C1 italiana [una Segunda B española]. Hay dos semiprofesionales y los demás somos amateurs: entrenamos con algún equipo pero no vivimos de esto. Hay empresarios, operarios, vendedores de lámparas... Es complicado porque tienes que pedir días libres en el trabajo para irte por ahí a jugar", afirma mientras su español italianizado comienza a dibujar la siguiente idea. "La verdad es que cuando vengo de jugar con San Marino estoy destrozado. En todos los partidos tenemos sólo el 20% de posesión y corremos todo el rato detrás del balón. Es mucho sufrimiento; con nuestros equipos no estamos acostumbrados a estas cosas".

Pero como no hay mal que por bien no venga, "te sientes muy especial jugando por tu país. Somos malos, es cierto, pero nos respetan", puntualiza mientras destaca a "Ibrahimovic, Fernando Torres, Schweinsteiger y Odonkor" como los jugadores más desequilibrantes a los que le ha tocado cubrir. Los dos partidos que guarda en un rincón privilegiado de su mente fueron ante Polonia, el día de su debut con 17 años, y un doble amistoso ante Liechtenstein. Precisamente, ante estos últimos se produjo una de las pocas victorias sanmarinenses en su historia: 1-0.

Mientras mira de reojo a las pistas de tenis, otro de sus grandes amores deportivos que practica con asiduidad en el Club Jairán, en Costacabana ["estoy ya un poco aburrido del fútbol; me gusta probar cosas nuevas"], repasa cómo fue su desembarco en Almería. "En 2006 vine de vacaciones y en 2007 hice las pruebas en el Roquetas [entonces, en Tercera División]. Pude quedarme, pero el entrenador [Ramón Florit] fue sincero y me dijo que prefería otro tipo de jugador. El Huercalense de Primera Andaluza se interesó en mí, pero me fui al Católica porque con 800 euros no tenía para subsistir", reconoce con la preocupación de cualquier mileurista español que apenas tiene para llegar a fin de mes.

"Pepe Koscis se puso después en contacto conmigo para que viniera al Adra. Pero le prometieron un presupuesto que después no le dieron y me vi sin equipo", otro duro bofetón para Marani, que seguía haciendo "sacrificios" por el balompié y éste no le ha "correspondido". "El fútbol era mi principal afición y ha terminado convirtiéndose en mi oficio. Pero en Tercera División no se vive de esto, más ahora con la crisis que hay. Si tuviera 17 años y futuro por delante, tendría ilusión por ascender; pero ya con 27 sé que es imposible", se resigna lleno de una sinceridad que le honra.

Pero como la vida siempre da una segunda oportunidad, "Pepe Koscis se puso en contacto con Antonio Casado y llegué al Comarca esta temporada cuando ya tenía el equipo hecho", indica mientras expresa su agradecimientos a ambos entrenadores. "Estoy buscando mi puesto en el Comarca. De momento sólo he jugado un partido de titular ante el Atlético Malagueño y ganamos 4-0. Espero jugar más en la segunda vuelta", desea mientras se anuda un chaquetón azul de uno de los múltiples equipos italianos en los que militó.

En Eslovenia, el 14 de octubre del pasado año, fue la última vez que se calzó la azulona camiseta de San Marino. Confía en que haya una próxima; para ello debe rendir al máximo en una Liga, la española, en la que se ha convertido en pionero en llegar. Verá el Mundial a través de la televisión y reconoce que "España es una de las favoritas". Aunque no se siente italiano, dice convencido que en un España-Italia animaría a la escuadra azzurra. Pese a ser estados diferentes, al fin y al cabo todos son descendientes de Rómulo y Remo. Un gran ejemplo el suyo, del que más de uno en España podría tomar nota.

Pero de aquí a que comience el Mundial, todavía faltan varios meses. Mientras tanto, Marani está concentrado en ayudar a meter en la promoción de ascenso a Segunda B al Comarca de Níjar, seguirá trabajando como monitor de las Escuelas Deportivas de San Isidro y tratará de ahorrar para montar su propio negocio, un sueño que quiere cumplir en España. "Me gustaría abrir un lugar de hostelería italiana. Cocino muy bien. ¿Dejar el fútbol? Seguiré jugando para que la selección se acuerde de mí", concluye con una sonrisa de complicidad, antes de coger la raqueta y prometer que nos dedicará su primer gol en el Comarca de Níjar.

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