Para que todo vaya sobre ruedas
La Unidad de Seguridad y Movilidad Vial de la Guardia Civil se encarga, mediante un organizado dispositivo, de evitar que tanto corredores como público corran peligro
La Vuelta Ciclista a España moviliza durante las semanas de la competición a un importante grupo de personas que se encargan de que todo esté a punto y de que nada salga mal. Entre estas personas se encuentra la Unidad de Seguridad y Movilidad Vial, perteneciente a la Guardia Civil y que se encargan de que nadie corra peligro y que no se vayan a producir accidentes.
A bordo de grandes motocicletas, los 127 efectivos de la Unidad, iniciarán su despliegue una hora y cuarto antes del inicio de la carrera. Desde donde se da el pistoletazo inicial, comienza un organizado dispositivo dividido en ocho grupos de trabajo.
Los primeros en ponerse en marcha son la Agrupación Rural de Seguridad que, a bordo de varios todo terrenos, se encargan de preparar los puntos donde el orden público pudiera alterarse.
A continuación comienzan su marcha los motoristas del grupo de Seguridad Interna, cuya misión es la de señalizar todos aquellos puntos (glorietas, cruces, objetos en la calzada, etc.) que pudieran resultar ser peligrosos para el pelotón.
En tres grupos diferentes, motoristas con banderas amarillas y rojas se encargan, primero, de advertir a los conductores de la proximidad de los ciclistas, de cortar de forma definitiva el tráfico, tanto en sentido contrario como trasversal a la vía por donde circulará la carrera, para que, mucho antes de que llegue el pelotón, la vía quede completamente despejada; y, por último, y también con banderas rojas, otros se encargaran, en el caso de que haya escapados, intercalarlos entre ellos y el pelotón, de que ningún conductor constituya un riesgo para los ciclistas.
Mientras todo esto ocurre, el helicóptero de la Guardia Civil transmite cualquier novedad y ordena el tráfico aéreo. Detrás de todo el pelotón y de los equipos se colocan los vehículos de apoyo, como los de telecomunicaciones, mecánicos e incluso un furgón que transporta los equipajes de los agentes.
El último efectivo de este dispositivo especial de la Guardia Civil pasa cuando finaliza todo, con una bandera verde, abriendo de nuevo la circulación y devolviendo todo a la normalidad.
La idea con la que se establece este dispositivo es la de crear una burbuja de seguridad que sea capaz de moverse de forma autónoma por las vías, sin riesgo para el pelotón, para los equipos, o para aquellos que se acercan a ver la carrera. Los que más riesgo corren son los efectivos de seguridad interna, ya que después de señalizar un obstáculo tienen que adelantar a todos para ponerse de nuevo delante.
Un dispositivo de hombres y mujeres, pertenecientes a diferentes especialidades que viajan por delante de la Vuelta Ciclista y que sin su trabajo, la Ronda no se podría disfrutar tal y como ahora se hace.
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