El viaje al purgatorio de Thabeet

La NBA está llena de historias de gigantes caídos. Promesas de siete pies de altura, unas veces atletas con un don físico extraordinario carentes de las nociones básicas para jugar al baloncesto, otras, impetuosos jóvenes sobradamente preparados que se estrellaron con la cruda realidad de una competición donde los tiernos no tienen cabida. La última víctima se llama Hasheem Thabeet, número dos del draft. Elegido por los Grizzlies el pasado verano, el ex universitario de Connecticut acaba de ser enviado a la Liga de Desarrollo para completar su formación. Un duro revés para la franquicia, para el joven jugador y para todos aquellos especialistas que hace unos meses elevaban a los altares al rookie.

Los Grizzlies sorprendieron hace unos días con la decisión, a su vez lógica: Thabeet se marcha a la NBDL, que hace las veces de una competición de filiales representados por otras ciudades. El destino, los Dakota Wizards, un equipo que jugará muchos balones para el novato y le dará muchos minutos, todos los que no tenía en Memphis.

¿Cómo es posible que un chico de 2'22 metros, físicamente sano, no se adaptase a la NBA? Quizá la pregunta sea injusta para un zagal mal aconsejado y cegado por el verde de los dólares, quizá Thabeet cayó en el equipo equivocado. Lo cual transforma la interrogante. ¿Cómo es posible que Memphis malgastase un número dos del draft en un pívot que no necesitaba, falto de formación además? Es la pregunta que todo el mundo se hace. Suena absurdo seleccionar a una torre cuando el tablero de ajedrez de los Grizzlies ya dispone de dos de las mejores del momento: Zach Randolph y Marc Gasol.

En los 50 partidos en los que Thabeet ha participado esta campaña sus promedios han sido testimoniales: 2.5 puntos, 2.9 rebotes y 1.2 tapones en 10.3 minutos de media. El técnico de los Grizzlies, Lionel Hollins, pronto se dio cuenta que su nuevo pívot no estaba a la altura del nivel exigido.

El destierro lleva a Thabeet a la gélida Dakota del Norte. Allí, en la ciudad de Bismarck, juegan los Wizards (del mismo apodo que el equipo de Washington). En su debut casero el pívot africano firmó 18 puntos, 13 rebotes y 4 tapones en 31 minutos con triunfo para el filial. Números más acordes con el nivel de la competición. Es allí donde los Grizz esperan que su proyecto de crack se convierta al menos en un jugador competitivo.