El Gobierno tiene la intención de pedir autorización a Europa para que la excepción ibérica, mecanismo que limita el precio del gas destinado a la generación eléctrica en España y Portugal, pueda aplicarse más allá del próximo mayo, mientras dure la crisis energética y se actualiza la regulación comunitaria.

Así lo ha anunciado este lunes la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, en el programa Espejo Público, de Antena 3, donde ha explicado que les gustaría que el "tope al gas" fuera "lo más bajo posible", en torno a 45 ó 50 euros, y que "se pudiera prorrogar, por lo menos, hasta final del año 2024".

La también vicepresidenta tercera del Ejecutivo ha insistido en que quieren aportar propuestas para acometer una "regulación de fondo" que permita modernizar el mercado eléctrico en Europa.

Sin embargo, es consciente de que, "hasta que eso llegue puede llevar mucho tiempo", de ahí el interés por mantener la excepción ibérica, una medida excepcional que, en principio, sólo será de aplicación hasta el próximo mayo.

"Sí que tenemos la intención de pedir que hasta que no se haya modificado la regulación europea se pueda extender la aplicación de la solución ibérica", ha admitido Ribera.

Y ha proseguido: "aún tenemos que plantear a la Comisión Europea esas propuestas de solución de fondo, pero también esa extensión (del "tope al gas") más allá de mayo de 2023, hasta que dure esta crisis y no se haya actualizado la regulación europea".

Sobre las características de este mecanismo, ha recordado que, en su momento, se acordó un precio de corte en las ofertas presentadas por las compañías que generan electricidad a partir del gas de 40 euros hasta el pasado 31 de diciembre, un importe al que se irían sumando otros cinco euros cada mes hasta que expirase la medida.

Ahora, Ribera ha aseverado que les gustaría que el "tope al gas" quedara "en el entorno más bajo posible, 45 ó 50 euros, y que se pudiera prorrogar, por lo menos, hasta final del año 2024".

Importaciones de GNL de Rusia

La ministra se ha referido además a la evolución de las importaciones de Gas Natural Licuado (GNL) procedentes de Rusia, a pesar de la voluntad de la Unión Europea de dejar de depender energéticamente de aquel país a raíz de la invasión de Ucrania.

Al respecto, ha reconocido que la cifra "está ligeramente por encima del promedio" por varias circunstancias, como el desvío de barcos en situación de mantenimiento de las principales regasificadoras en el norte de Europa.

Pero además, es que "también es difícil introducir prohibiciones sin una decisión coordinada a nivel europeo sobre el GNL", ha dicho Ribera, que cree que conforme se garantice la seguridad de suministro de otros proveedores "será más fácil" llegar a un acuerdo entre los miembros de la Unión Europea.