Ana Pérez-Luño · José Ruiz Navarro · Elena Sousa Ginel

Más felices y altruistas, así son las estudiantes universitarias españolas

El proyecto ‘GUESS’ españa contiene dats de casi 100.000 estudiantes de 72 universidades públicas

Jornada de bienvenida de la Universidad de Almería.

Jornada de bienvenida de la Universidad de Almería. / Rafa González

SE habla mucho de la importancia de las aspiraciones de nuestros jóvenes en relación a su felicidad, el futuro de un país y de la sociedad en general. Por este motivo, conocer qué quieren hacer nuestros estudiantes universitarios al finalizar sus estudios y su estado o sensación de felicidad es de sumo interés.

Los aspectos señalados son objetivos que están presentes en el proyecto internacional GUESSS (Global Entrepreneurial Spirit Student Survey), del Observatorio del Emprendimiento de España (asociación sin ánimo de lucro que también coordina el proyecto GEM y está presente en más de cien países), y constituyen el foco del análisis realizado por los autores de este artículo, que pone de manifiesto, desde una perspectiva de genero, las preferencias de carrera, el sentimiento de felicidad de nuestros estudiantes y cómo dichos niveles de felicidad pueden influir y explicar sus preferencias y comportamientos futuros. El proyecto GUESSS España (https://guesss-spain.com/) dispone de datos de 98.226 estudiantes mayores de 18 años de 72 universidades públicas y privadas españolas. Sus resultados indican que la mayoría de los alumnos (42%) desean comenzar a trabajar en una empresa privada al finalizar sus estudios, mientras que este porcentaje se reduce en el caso de las alumnas (34,6%). Destaca también que al terminar los estudios hay más mujeres (34,9%) que hombres (24,2%) que desearían ser funcionarias. Cuando se les pregunta por esas mismas preferencias a futuro, a cinco años vista, éstas experimentan cambios interesantes. Tanto en los chicos como en las chicas, se reduce el interés por un empleo en la empresa privada (pasan al 31,7% y al 26,5%, respectivamente), mientras que las aspiraciones a ser funcionarios se incrementan algo, alcanzando el 25,5% en el caso de los chicos y el 37,4% en las chicas. Por otra parte, pocos estudiantes desearían continuar con un negocio familiar en un futuro próximo o lejano, siendo las alumnas las que menos interés muestran. Estos datos, similares a los de otras regiones y países, muestran que las intenciones de nuestros alumnas y alumnos de emprender un negocio al términos de sus estudios son reducidas (10,3% las alumnas y 17% los alumnos), aunque aumentan cuando se les pregunta qué desearían elegir en un horizonte futuro de cinco años, llegando en estos casos el porcentaje al 19,9% en ellas y al 28,6% en ellos. Este comportamiento refleja cierta inseguridad y miedo a emprender junto al deseo de adquirir experiencia, pero también comporta una probable pérdida de oportunidades y capacidad anticipativa. Finalmente, y a pesar de que el porcentaje de estudiantes que desearía trabajar en una ONG es pequeño, las intenciones de las alumnas españolas de trabajar en este tipo de organizaciones duplica al de sus compañeros. Es decir, parece que hay más altruismo en las intenciones de ellas que de ellos.

Respecto a la felicidad, señalar que ésta es un sello distintivo del siglo XXI. El 20 de marzo es el Día Internacional de la Felicidad de las Naciones Unidas, un día de concienciación diseñado para promover la salud mental y el bienestar en todo el mundo. Ese día se celebra desde 2013, dos años después de que la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptara una resolución que reconocía la felicidad como un objetivo humano y pedía “un enfoque más inclusivo, equitativo y equilibrado del crecimiento económico que promueva el bienestar de todas las personas” (Naciones Unidas, 2015). A pesar de estas medidas, vivimos una coyuntura en la que los medios alertan sobre los grandes riesgos de la depresión y ansiedad de nuestros jóvenes. Rara es la semana en que no aparecen noticias sobre suicidios o intentos de suicidio de chicos y chicas menores de 30 años. Sin embargo, los datos del proyecto GUESSS arrojan una información bastante más alentadora. En general, en una escala de 1 a 10 todas nuestras alumnas y alumnos están por encima de la media en cuanto a índices de felicidad. Asimismo, ellas muestran mayores niveles que ellos en todos los indicadores, excepto en el relativo a considerar que las condiciones de su vida son excelentes. Es decir, nuestras alumnas parecen más resilientes que sus compañeros y son capaces de disfrutar de la vida, aunque consideren que las condiciones de su vida no son tan favorables.

Una posible explicación relativa a las diferentes preferencias de carrera de nuestros jóvenes está relacionada con estos indicadores de los niveles de felicidad, que llevan a elecciones diferentes y que, como explica la teoría del comportamiento planeado, anticipan comportamientos futuros. Así, se observa que las alumnas son más felices, menos competitivas y más altruistas en términos globales que sus compañeros (más dispuestas a trabajar en ONGs, en empresas públicas y universidades). Por su parte, ellos muestran más interés por la empresa privada (familiar o no) y por el emprendimiento. Estas elecciones se manifiestan y mantienen para cuando acaben sus estudios como a cinco años vista.

Los hallazgos de nuestra investigación nos conducen a una serie de conclusiones preliminares que demandan atención. En primer lugar, la relación entre niveles de felicidad y preferencias en las elecciones de carrera futuras no puede ser ignorada y deberían ser tenidas en cuenta en las políticas educativas. En este sentido, habría que profundizar en cómo los antecedentes familiares, económicos y sociales de los estudiantes, condicionan su bienestar y felicidad, y consecuentemente moderan sus comportamientos posteriores. Esta observación es aún más oportuna en el diseño de estrategias más innovadoras relacionadas con el fomento del espíritu emprendedor. En segundo lugar, dado que estas elecciones son diferentes en hombres y mujeres, habría que introducir y completar las explicaciones imperantes, fundadas en la escasez de referentes femeninos y en los perfiles de las ramas de estudios de las mujeres (muchas menos en carreras científicas, 18,5% frente a 43,5% respectivamente), con la variable moderadora de la felicidad y sus antecedentes como elemento innovador en el modelo.

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