Economía

La seudorreforma de las pensiones

José Luis Escrivá, ministro de Inclusión, esta semana tras el Consejo de Ministros que aprobó la reforma

José Luis Escrivá, ministro de Inclusión, esta semana tras el Consejo de Ministros que aprobó la reforma / Javier Lizón / Efe

EL objetivo de la segunda parte de la reforma del sistema pensiones, aprobada en el Parlamento el día 30 de marzo, es reforzar los ingresos mediante un incremento de las cotización sociales, fundamentalmente de los salarios más altos, para garantizar la sostenibilidad del sistema a largo plazo. 0bjetivo que la reforma no consigue.

El aumento de ingresos que resulta de la segunda pata de la reforma no será suficiente para financiar el aumento de los gastos que generará su aplicación. Según la Airef la reforma de las pensiones incrementará el déficit del sistema y también el gasto en pensiones hasta el 16,3% del PIB en 2049, deteriorando la sostenibilidad del sistema de pensiones, objetivo principal de la reforma.

No garantiza la sostenibilidad

Presupuestariamente los números no cuadran. La reforma no solamente no aumenta la sostenibilidad, sino que la reduce. El déficit del sistema de pensiones se incrementará un 1,1% en 2050, según la Airef. La prioridad de las pensiones determinará que en los próximos años habrá menos dinero para otras finalidades sociales como la educación, la dependencia y otros. Y todo en un contexto de desequilibrios estructurales y de déficits y deuda excesivos,que habrá que corregir cuando se reinstauren los objetivos presupuestarios exigidos por Bruselas , suspendidos durante la crisis. La reforma de las pensiones merma el margen fiscal para atender otras finalidades sociales. La Airef evaluará la evolución del impacto de la reforma de las pensiones cada tres años y hará propuestas para la corrección automática de las desviaciones con las medidas que sean necesarias. Este es el mecanismo automático y el compromiso que Nadia Calviño ha vendido a Bruselas para que avale la reforma y poder cobrar el sexto desembolso del Next Generation de 10.000 millones de euros.

Destruye empleo

Por otra parte una reforma qué pretende garantizar la sostenibilidad a través del incremento de las cotizaciones sociales de los salarios más altos, es decir, elevando el coste de la creación de empleo, tendrá un impacto distorsionante en el mercado de trabajo. El aumento de las cotizaciones sociales impacta negativamente sobre la demanda y la oferta de trabajo, provocando menor creación de empleo, disminución de los salarios reales de los trabajadores con más talento, una menor competitividad y un menor crecimiento. El servicio de estudios del BBVA estima que la reforma destruirá 200.000 empleos a largo plazo. Para tener unas pensiones altas se necesitan salarios elevados y alta productividad. En España no tenemos ni salarios altos ni elevada productividad. A los ciudadanos hay que explicarles el gran problema demográfico que vamos a tener en los 30 próximos años. El incremento en los ingresos que resulta de la reforma no es suficiente para financiar el incremento del gasto que necesariamente se va a producir. En definitiva la falta de transparencia, de formación y de información es un déficit generado por un Gobierno que no trata a sus ciudadanos como adultos.

La primera parte de la reforma aprobada en 2021 incrementó los gastos al aprobar la revalorización de las pensiones con el IPC y suprimir el factor de sostenibilidad. La segunda parte de la reforma se ha limitado a incrementar lngresos, pero no ha actuado sobre la reducción del gasto. El resultado es que las cuentas no cuadran y que en el año 2050 nos enfrentaremos a un déficit del 4,8% del PIB según Fedea. El problema de la sostenibilidad no solamente no se habrá solucionado, sino que se habrá agravado. No se ha abordado una reforma profunda, con mecanismos automáticos de corrección de desviaciones que garanticen permanentemente la sostenibilidad. Una reforma política, insuficiente y provisional, que habrá que volver a revisar en sus parámetros fundamentales, dando lugar a nuevas debates políticos y sociales.

Sorprendentemente Bruselas avala la reforma de las pensiones, a pesar de la opinión negativa sobre el impacto en la sostenibilidad de la Airef, Banco de España,Fedea, BBVA research , Instituto Español de Actuarios y de casi todos los analistas.

Refoma desequilibrada

El reparto de la carga no es equilibrado. El incremento de las cotizaciones recae sobre las salarios altos, sin que se llegue a conseguir unos ingresos suficientes para compensar el incremento del gasto. Un millón de españoles, el 5,5% de los trabajadores, los que superan la base máxima de cotización, pagarán el 65% del incremento de las cotizaciones. Tendrán que hacer frente a la ampliación de las bases máximas de cotización, a la cuota de solidaridad, y a la subida generalizada de las cotizaciones que afecta a todos los empleados derivada del Mecanismo de Solidaridad Intergeneracional (MEI).

Aumento de la fiscalidad del trabajo

La segunda fase de la reforma recientemente aprobada incrementa los ingresos mediante un aumento impositivo puro y duro, sobre una base de cotizantes mínima de perceptores de salarios altos, que además no genera los ingresos suficientes para solucionar el déficit de pensiones . Decididos a financiar el déficit con impuestos hubiera sido más interesante un recargo especifico en la cuota del IRPF. Lo cual supondría una base más amplia, mayor capacidad de generación de ingresos, mayor transparencia y mayor conciencia ciudadana del tamaño del esfuerzo para la sostenibilidad de las pensiones. Garantizar la sostenibilidad de las pensiones con un aumento de las cotizaciones sociales de las pensiones más altas es distorsionante. Tiene efectos perversos sobre el mercado de trabajo y el empleo y va en contra de la atracción de talento, en un momento de transformación tecnológica en el que la demanda de talento no está cubierta.

Teniendo en cuenta que España se enfrenta a un problema demográfico temporal que empezará a corregirse a partir del 2050,recurrir a la deuda con un plan de consolidación fiscal en los próximos años puede ser una solución. El problema es que los objetivos del plan de estabilidad y crecimiento, suspendidos temporalmente por la pandemia y la crisis, volverán a ser obligatorios a partir de 2024. En este contexto incrementar la deuda no sería un escenario deseable.

Alternativas a la reforma

Se debería transitar a un sistema de reparto de cuentas nocionales como el sueco, que es más transparente para el trabajador, con sistemas de ajuste automático a los cambios demográficos , económicos y sociales y que garantiza la contributividad y la equidad. La transición hacia el nuevo sistema habría que apoyarla con medidas temporales como el aumento transitorio de las cotizaciones, el aplazamiento de las jubilaciones, la búsqueda de nuevas fuentes de financiación, el recurso temporal a la deuda publica, entre otras.

Concluyendo, la reforma del sistema de pensiones aprobada tiene un carácter político, social, asistencial y redistributivo al mejorar las pensiones de los segmentos más vulnerables. Pero no cumple con el objetivo principal requerido por Bruselas de mejorar la sostenibilidad de las pensiones. Además perjudica la creación de empleo y la competitividad de las empresas y reduce la equidad contributiva del sistema de pensiones(tanto aporto, tanto recibo). La reforma integral de las pensiones queda pendiente y el marrón se transfiere al próximo gobierno. El gobierno ha pensado que los tiempos electorales no son los más adecuados para anunciar nuevos esfuerzos y sacrificios.

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