Economía

La suerte está en tus manos

  • Jaime García, Responsable de Banco Mediolanum en la Zona Sur

La suerte está en tus manos

La suerte está en tus manos / Archivo

Jaime García. Jaime García.

Jaime García.

Como si de una veleta se tratase, ahora los vientos parecen ser favorables a la economía. A principios de año eran frecuentes términos como “frenazo”, “ralentización” o “debilidad”; si nos remontamos tan solo un mes atrás se hablaba, incluso, de recesión. Con la primavera han cambiado los pronósticos y se apuesta por un mayor crecimiento de la economía: el turismo está dando muestras de más dinamismo respecto a lo esperado en enero y los expertos apuntan hacia la recuperación de la industria gracias a los menores precios de la energía y de las materias primas.

Se han mejorado también las previsiones de crecimiento del producto interior bruto español, y también del andaluz. En tres meses se ha elevado la previsión del PIB español en tres décimas, hasta el 1,5-1,6%, y en Andalucía hasta el 1,3%. El empleo también muestra fortaleza y se prevé que el paro descienda este año del 12,9% al 12,3% en el conjunto de España y del 19% al 18,5% en Andalucía.

Pero, a fin de cuentas, todo lo anterior son previsiones y reitero la necesidad de leerlas con cautela y, sobre todo, de no tomar decisiones financieras a golpe de titular. El ser humano está obsesionado por predecir el futuro y ha usado para ello múltiples métodos a cuál más variopinto, pero el caso, al final, es que la suerte no se busca, sino que solo se encuentra si estamos en el camino correcto y con la planificación adecuada.

El premio Nobel de Economía Robert J. Shiller explica que el Fondo Monetario Internacional (FMI) solo ha acertado el 3,5% de las previsiones que ha realizado en los últimos treinta años. Seamos realistas: el futuro es imprevisible, pues está sujeto a factores incontrolables como el atentado del 11-S, la epidemia de covid-19 o la guerra de Ucrania, por recordar ejemplos cercanos. Por eso, la gestión de nuestros ahorros no puede estar ligada a las adivinaciones o la suerte.

Sin embargo, el hecho de que no podamos prever el futuro no significa que no debamos trabajar para que nuestras finanzas resistan diferentes escenarios. Lo primero que nos hace falta es una planificación personalizada para nuestras necesidades presentes y futuras, con unos principios claros. Así, debemos diversificar y no apostar nunca por un solo activo, por muy atractivo que nos parezca. Hay que diseñar una estrategia de largo plazo, que nos asegurará una mayor rentabilidad, con aportaciones periódicas no impulsadas por los vaivenes de los mercados. Se trata de una carrera de fondo que conviene afrontar con un asesoramiento profesional que nos ayude en la planificación sin adivinar o buscar la suerte, sino con las ideas claras que nos llevarán a tener la suerte en nuestras manos.