Entró en política porque tenía claro que quería ayudar a sus vecinos asumiendo, a la vez, que su vida como auxiliar administrativo en el Servicio Andaluz de Salud iba a pasar a un segundo plano e iba a cambiar diametralmente. Pasados ya ocho años desde que Cristóbal Rodríguez cogió la vara de mando del Ayuntamiento de Alhama de Almería, una localidad históricamente socialista, nada ha cambiado en él más allá de su inexorable cambio físico por el paso del tiempo.

Casado y con dos hijos, llega a estas elecciones con 50 años y mucha experiencia. Por su despacho han pasado muchos alhameños que han recibido su cariño y atención. Hombre afable, atento, responsable y, sobre todo, cercano, ha sabido ganarse el respeto de muchos de sus paisanos que han visto en él un talismán para resolver muchas de sus preocupaciones.

Su llegada a la política de manos del PP, que confió en él para arrebatarle al PSOE la capital de la comarca del Medio Andarax, estuvo avalada en parte en la buena gestión que realizó durante años con la Asociación Cultural San Nicolás de Bari de la que es aún miembro tras casi cuatro décadas y en la que sigue tocando con mucho orgullo y profesionalidad su saxofón alto.

Rodríguez es un hombre que no huye de la conversación y que siempre está dispuesto a marcar en el diálogo su punto de encuentro. Y en ese escenario casi siempre termina ganando por sus grandes dotes de empatía y negociación. Ahora, en su madurez personal y política, con sus hijos ya en etapa adolescente y con la misma ilusión que hace casi una década se presenta a la reválida con “la cercanía, la honradez y el buen hacer por delante”, afirma.

Hombre de familia, los que le conocen destacan de él siempre que no le faltan las ganas de trabajar por su pueblo. En su haber en estos últimos cuatro años está por ejemplo la consecución de proyectos de gran importancia para la localidad como el Centro de Día y la Guardería Municipal. Aunque lo que Rodríguez siempre destaca cuando se le pregunta por lo que se siente orgulloso tras esta etapa política es el haber estabilizado la deuda municipal y haber reducido los impuestos para “potenciar y mejorar el día a día de nuestros vecinos, consolidándonos como el municipio más importante de la Alpujarra”, afirma.

Amigo de sus amigos, siempre tiene un momento para compartir y departir cuando se le ve de una punta del pueblo a la otra solucionando problemas y reuniéndose con vecinos. Así quiere verse otros cuatro años. Será su mejor regalo para su medio siglo de vida.