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PSOE y Turre para la Gente, condenados a entenderse para gobernar

  • El PP, a pesar de ganar las elecciones, ha dado un paso atrás y asume que habrá un pacto de izquierdas

Martín Morales (TPLG) y María Isabel López (PSOE) en un pleno de esta legislatura,

Martín Morales (TPLG) y María Isabel López (PSOE) en un pleno de esta legislatura, / V. Visiedo P.

El resultado de las elecciones del pasado domingo en Turre no ha variado mucho la situación política de la localidad. El reparto de concejales es exactamente el mismo que se produjo hace cuatro años:5 ediles para el PP, 4 para el PSOE y 2 para Turre para la Gente (Izquierda Unida).

Por ello, a pesar de volver a ser la fuerza más votada, los populares de Arturo Grima ya han dado un paso atrás y asumen que no gobernarán la próxima legislatura. A través de su perfil de Facebook el pasado lunes daban las gracias a sus votantes y ya hablan en clave de partido de oposición: “Ganamos unas nuevas elecciones, pero el pacto de perdedores no nos dejará gobernar. Desde la oposición seguiremos haciendo un trabajo responsable para los vecinos de Turre”, aseguran.

En 2015, PSOE e IU acordaron alternarse en la Alcaldía

Por tanto, el PSOE, única lista que ha crecido en votos (junto a VOX que se presentaba por primera vez a las municipales), parece condenado a llegar a un entendimiento con la marca de izquierda unida. Hace cuatro años acordaron alternarse en la Alcaldía en función del número de votos: 20 meses para Martín Morales y 28 para María Isabel López. Fuentes consultadas por este medio no descartan que se repita esa fórmula, aunque ayer aún no habían negociado.

La otra posibilidad, que aunque extraña no es tan descabellada pues hay precedentes, es un posible acuerdo entre el PP y Turre para la Gente. No obstante, Martín Morales ha valorado la misma como “muy complicada” y más teniendo en cuenta los insultos proferidos por Arturo Grima en un mitin contra el número dos de la formación comunista, donde lo llamó “tonto, tonto del todo, para ahora y para siempre”.

Cabe recordar que la pasada legislatura fue convulsa, primero por algunos desacuerdos entre Morales y el resto de ediles sobre la avenida de Almería o el modelo urbanístico de Cabrera, y después por la expulsión de la número dos de Somos Turre del partido por “indisciplina”.

Esto provocó que durante toda la segunda mitad de la legislatura el equipo de gobierno estuviese en minoría, lo que dilató la aprobación de presupuestos que, en 2018 tuvieron que llegar hasta una cuestión de confianza.

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