Carmen González Uceda | Presidenta del Sindicato de Médicas y Médicos de Atención Primaria

"Los médicos, en otros países, no son mano de obra barata"

Carmen González Uceda, presidenta del SMP.

Carmen González Uceda, presidenta del SMP. / R. D.

Defensora de la sanidad pública andaluza. Natural de Ceuta, Carmen González Uceda se especializó en Medicina de Familia en Granada. Médico vocacional y graduada en Psicología, la doctora González Uceda se ha formado en Medicina Preventiva y Salud Pública. Atesora 33 años como médico de familia y desde hace dos décadas mantiene el mismo cupo de pacientes en Málaga capital. Ha sido presidenta de la junta de personal del Distrito Sanitario Málaga, coordinadora de Atención Primaria del Sindicato Médico de Málaga, vicepresidenta nacional de la Plataforma 10 Minutos y presidenta de Basta Ya Málaga. Ahora preside Basta Ya Andalucía y el SMP.

–Preside el SMP, sindicato de Atención Primaria de reciente creación. ¿Por qué es necesario?

–Durante décadas no hemos encontrado uno que luche con ahínco por la situación de los médicos de atención primaria. Imaginen qué hubiera pasado si a cada uno de los médicos hospitalarios les citaran todos los días 40 ó 60 pacientes durante años. Ahora acaban de firmarlo en Extremadura

–¿Orígenes?

–Años de lucha por unas condiciones dignas para los médicos y por la Atención Primaria a través de asociaciones médicas. Algunos venimos de la Plataforma 10 minutos a nivel nacional, aquellos médicos que pedíamos tiempo por paciente hace ya 20 años, y después de Basta Ya en Andalucía. Nos faltaban herramientas propias de un sindicato específico.

–La Junta de Andalucía presume de los presupuestos más elevados destinados a Sanidad, pero los centros de salud siguen dando citas en tiempos excesivos. ¿Qué falla?

–Falla invertir en más profesionales, imprescindibles e insustituibles para la asistencia. Falla repensar y reordenar el sistema sanitario, reasignar las tareas por competencias para que cada profesional resuelva lo que sabe hacer mejor y no puede hacer otro, regular el acceso a los médicos para que la necesaria accesibilidad no sea una inmediatez irrazonable y para que atendamos primero y mejor al que más lo necesita. Falla presupuestar adecuadamente la Atención Primaria, ahora el dinero se va en otras cosas, y nosotros somos los cimientos del sistema. Si nosotros no llegamos a todo lo que hay que llegar, todo el sistema colapsa.

–¿Hay déficit de médicos de familia y pediatras?

–En la sanidad pública sí. Hay suficientes formados, pero se han ido muchos a las urgencias hospitalarias, a aseguradoras, mutuas, ejercicio privado... No hacen falta más universidades. Sí hace falta prestigiar.

–¿Por qué?

–Por las pésimas condiciones de trabajo. La mayoría no quieren soportar citas sin fin, muchas con contenido no médico, y encima con la precariedad que ha imperado durante años. No haces una especialidad, que es preciosa, para luego no poder desarrollar tu perfil profesional y no sentirte médico. La precariedad de los contratos imperante durante años ha contribuido mucho a la huida.

–¿Cómo son las condiciones en los países donde se fugan los médicos jóvenes?

–Tienen entre 15 y 25 minutos para cada paciente, acceso a medios diagnósticos lo que permite resolver más y mejor (sin diagnóstico no hay tratamiento y hay que derivar al hospital), el acceso organizado, agendas flexibles, autonomía para gestionarlas, jornadas más razonables, posibilidad de conciliar mejor, retribuciones mejores…Hay más consideración a la dificultad y complejidad de nuestro trabajo, más recursos y mejores salarios. En otros países no nos tratan como a mano de obra barata que trabaja a destajo. Aquí nos falta el respeto nuestros empleadores, y también algunos usuarios enfadados que nos agreden.

–¿Soluciones?

–Que los gobernantes nos consideren una prioridad urgente y no se queden en bonitos discursos. Hay que repensar todo el sistema sanitario, sobre todo la Atención Primaria. Presupuestarla bien. Dimensionar bien las plantillas y que sean estables. Respetar y ordenar nuestro trabajo. Garantizar suficientes médicos captando a los que hay y se han ido. Que trabajar en ella sea atractivo. Y para el futuro, darnos a conocer entre los estudiantes creando cátedras de Medicina de familia en todas las universidades, que conozcan la bondad y la belleza de nuestro trabajo, somos los especialistas de lo más prevalente, de la complejidad de la atención integral, de acompañar a las personas y las familias a lo largo de sus vidas, de la prevención y de la curación.

–Algunos sectores advierten de que estamos asistiendo a una demolición consentida de la sanidad pública tal y como fue fundada (igualdad, universalidad...) ¿Qué opina?

–Efectivamente empezamos bien con la Ley General de Sanidad de 1986, pero antes de desarrollarla plenamente por el camino se truncó. No hemos llegado a tener igualdad ni equidad en el acceso y en los servicios con cada comunidad autónoma legislando por su cuenta. Los funcionarios mutualistas son unos dos millones y persisten sin que estén integrados y tengan una Atención Primaria; por una parte son ciudadanos que serían exigentes con su funcionamiento y por otra se les priva de tener médico de familia. Los sucesivos recortes presupuestarios han supuesto mazazos reiterados y han generado deterioros evidentes y exclusión de parte de la población lo cual ha roto la solidaridad. No hay participación ciudadana reglada que opine y corrija las desviaciones.

–¿Qué diría a la consejera de Salud?

–Que nos vea y reconozca a la Atención Primaria. Que nos escuche, tenemos muchas propuestas. Que luche dentro del gobierno andaluz para conseguir presupuesto suficiente y revertir.

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