Alberto Núñez Feijóo será el presidente del Partido Popular en sustitución de Pablo Casado. Ése es el titular después de la reunión nocturna con los barones regionales de la formación, que aclamaron con sus declaraciones nada más llegar a Génova, 13 a quien todos quieren que sea su sustituto, Feijóo. El líder gallego, que nunca ha dado el paso pese a que su nombre ha estado varias veces en las quinielas, moverá ficha definitivamente.

Varios líderes regionales que tomaron la palabra pidieron a Casado que dejara su cargo este miércoles y aprovecharon sus intervenciones para elogiar la figura de Feijóo. La reunión arrancó pasadas las 20:45 debido a que antes se celebró un encuentro a solas entre Casado y el gallego. El aún presidente nacional dijo después de escuchar a los barones que no entendía nada de lo que estaba pasando y no dio el paso de abandonar el barco, pese a que muchos se le reclamaron para que fuera anoche mismo.

El equipo de Feijóo filtró pasada la medianoche que el gallego quiere ser elegido por los militantes del partido en un congreso nacional, y no contempla poder tomar ya las riendas del PP a través de un Comité Ejecutivo del partido. Feijóo ya trasladó en la reunión a los líderes territoriales que está a disposición para tomar las riendas del PP y presentará su candidatura al congreso extraordinario que se celebrará seguramente a principios de abril.

El entorno de Feijóo aclaró, ante las informaciones que estaban circulando, que a Feijóo no será elegido por el Comité Ejecutivo sino que lo harán los militantes del partido en un cónclave. "Si Feijóo se presenta será en un congreso elegido por la militancia", señalaron las mismas fuentes.

A su llegada a la sede nacional del PP para reunirse con Casado, la mayoría de los presidentes regionales de la formación reclamaron unidad y aclamaron a Alberto Núñez Feijóo como referente y posible sucesor. Al encuentro no estaba convocada la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, cuya guerra con Génova detonó la implosión del partido, porque es Pío García Escudero el que está al frente de la formación en Madrid.

La reunión de los barones del PP comenzó después de que Casado y Feijóo mantuvieran una reunión a solas. Feijóo, el primero en llegar al número 13 de la calle Génova, no ha dado aún el paso al frente que le reclaman y dan por hecho en su partido.

Sobre el adiós de Casado, que este miércoles se marchó del Congreso y que, pese a anunciar la convocatoria de un congreso extraordinario no formalizó su dimisión, la mayoría de los barones pidieron escucharlo primero, con la excepción de los presidentes de País Vasco y Cantabria, Carlos Iturgaiz y María Jesús de Buruaga.

Tras Feijóo, se sucedieron los presidentes regionales, que sortearon las decenas de cámaras e informadores. Todos dejaron mensajes similares, con apelaciones a la unidad y la necesidad de cerrar ya la brecha en el PP. Un congreso lo más rápido posible, unidad, "tomar las decisiones necesarias", reclamó Alfonso Fernández Mañueco, del PP de Castilla y León, que apuntó que si en algo coincide la mayoría es en que Feijóo es referente.

"La solución es Feijóo", resumió el presidente de Murcia, Fernando López-Miras, que pide una "una solución rápida" que parta "del consenso y de la unidad". "Restañar heridas", abundó José Antonio Ceniceros, presidente del PP en La Rioja.

Los más contundentes fueron el antes casadista Carlos Iturgáiz, que exigió que Feijóo dé un paso al frente y Casado "otro paso hacia un lado" y Buruaga, de Cantabria, que pidió que el paso sea ya para acabar con la "agonía".

Antes, a las nueve de la mañana, sin decir adiós, Casado se despidió del Congreso. En su pregunta al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que no llegó a formular, hizo una defensa de la democracia y la centralidad.

Casado cedió el martes al convocar un congreso extraordinario y dejar caer a Teodoro García Egea y ayer fue al Pleno "por obligación como jefe de la oposición y respeto a la sede de la soberanía nacional" y para estar "a la altura de las circunstancias, aunque el contexto sea difícil", según su equipo. Ante los suyos defendió que para él la política es la "defensa de los más nobles principios y valores, el respeto a los adversarios y la entrega a los compañeros".

A Sánchez le dijo que tanto el PP como el PSOE tienen la "responsabilidad" de "ensanchar el espacio de la centralidad" para que ambos partidos puedan "ganar en él" "sin necesidad de pactos con los que no creen en España, ni de alianzas con los que atentaron contra ella". Ni Vox, ni Bildu. Sánchez le deseó "lo mejor en lo personal" desde la diferencia y la discrepancia que les ha enfrentado en las sesiones de control y garantizó que no adelantará las elecciones.