Fin de ETA

Un año sin ETA entre la indiferencia social

  • La banda terrorista confirmó su disolución el 3 de mayo de 2018

El momento del comunicado de ETA

El momento del comunicado de ETA

A las 14:00 de este viernes se cumplía el primer año sin ETA, un aniversario acogido sin entusiasmo por las formaciones políticas vascas, con la excepción de EH Bildu, y por la gran mayoría de la sociedad, que ya descontó a la organización terrorista en octubre de 2011, cuando anunció el fin de la violencia. En su último comunicado, ETA confirmaba el "final de su trayectoria" y anunciaba su "disolución", utilizando expresamente este término, largamente demandado por la mayoría de las fuerzas políticas de Euskadi. El anuncio llegaba algo menos de siete años después del "cese de la actividad" armada comunicado en octubre de 2011, fecha a partir de la cual el terrorismo ha ido cayendo progresivamente al baúl de los recuerdos de las preocupaciones de vascos y españoles.

El coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi, y la dirigente de la formación vascofrancesa EH Bai Anita Lopepe, protagonizan en el Palacio Miramar de San Sebastián, un acto sobre el fin de ETA y la declaración de Arnaga.

Dicha declaración, que debe su nombre al caserón de Cambo-les-Bains en el que se celebró una "cumbre" sobre el fin de ETA el 4 de mayo de 2018, reclamó una "solución global, justa y duradera" para una Euskadi que aún debía "construir la paz".

Esta declaración, auspiciada por el denominado Grupo Internacional de Contacto, fue avalada por cinco "fedatarios internacionales" que asistieron a Cambo-les-Bains: el ex presidente del Sinn Fein Gerry Adams; el ex jefe de Gobierno irlandés Bertie Ahern; el ex asesor del primer ministro británico Tony Blair, Jonathan Powell; el fundador del Partido de la Revolución de México, Cuauhtemoc Cárdenas, y el ex director del Fondo Monetario Internacional Michel Camdessus.

Aún quedan en España 206 presos de ETA y otros 41 están encarcelados en Francia y otros países, según los datos de Etxerat actualizados la semana pasada.

Otro puñado de reclusos, expulsados del colectivo, están amparados por el movimiento Amnistia Ta Askatasuna (ATA), una organización crítica con la estrategia de la izquierda abertzale oficial, que se centra en la reivindicación de la liberación de todos los presos, pero que ha manifestado que no tiene intención de tratar de recuperar la violencia.

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