El Gobierno francés defiende la "dureza" para expulsar a los extranjeros delincuentes

El ministro del Interior de Francia, Gérald Darmanin, ha justificad este lunes su controvertido proyecto de ley de inmigración porque a su juicio hay que mostrar "dureza" para expulsar a los extranjeros delincuentes, pero también simplificar los procedimientos para tratar las demandas de asilo.

"La ley que presentamos se rige por dos principios: la dureza y la simplificación", ha señalado Darmanin en la apertura del debate en el Senado de este texto, después de haber sido endurecido en comisión por la mayoría conservadora en la Cámara Baja.

El ministro, representante del ala más derechista del Gobierno de Emmanuel Macron, ha puesto el acento en su voluntad de luchar contra la inmigración irregular por motivos económicos y ha considerado "un drama" la lentitud con que la Justicia dicta las órdenes de expulsión a extranjeros, muchos de ellos por cometer delitos.

Facilitar la expulsión

"No he podido expulsar a 4.000 personas que tenían que irse de nuestro país", ha lamentado Darmanin, quien ha achacado esa impotencia a la gran cantidad de recursos, hasta cuatro, que un inmigrante puede presentar para impedir la ejecución de esas órdenes, suspendidas hasta una decisión final que puede demorarse más de un año. El ministro ha indicado que lo que se busca con el nuevo texto legislativo es "rapidez".

El proyecto de ley facilita la expulsión de extranjeros que representan "una amenaza grave contra el orden público", lo que incluye inmigrantes en situación irregular que sean condenados con penas de diez años de cárcel o de cinco en caso de reincidencia.

Darmanin ha apuntado que esa "dureza" también ha de dirigirse contra las redes de traficantes de inmigrantes y recordó el hundimiento de noviembre de 2021 de una embarcación frente a las costas de Calais, que causó la muerte de 27 migrantes que trataban de llegar de forma irregular a Inglaterra.