Feria

Abran paso, reliquias sobre ruedas

  • Más de un centenar de motos recorrieron ayer las calles de Almería hasta llegar a El Toyo · Entre los asistentes se pudieron ver ciclomotores de hasta 90 años de antigüedad, y alguna moto-nevera

El olor a gasolina y más de un centenar de moteros de Almería invadieron ayer la Plaza de las Velas y las calles de la ciudad en lo que algún que otro curioso llamó como "museo andante". Más de cien motos antiguas arropadas por el sol almeriense, la gente curiosa de la ciudad y la brisa del litoral cortada por el obelisco, las Vespas, Derbys y Movilettes, entre otros, recibieron, una vez más, una gran cantidad de miradas y flashes ante la multitud que veía en el final de la rambla una parada obligatoria.

Se pudieron ver todo tipo de modelos expuestos de la misma manera que una galería de cuadros de gran valor, Francisco de Haro aseguró que llevan desde el año 2003 recuperando la tradición. Francisco también es un manitas en esto de las motos antiguas, su Vespa azul de 1958 era toda entera un desastre, pero su intervención como restaurador la situó ayer por las calles de Almería como si de una recién comprada se tratase, Francisco mostraba al resto de participantes y al público las fotografías de su antigua moto cuando se encontraba arrumbada en el desván, los presentes observaban incrédulos la metamorfosis del ciclomotor.

Entre los asistentes se pudieron ver motos de todas las edades y de todos los colores, pero también dueños de motos con sus peculiaridades, Tomás Iglesias lleva más de 20 años con las motos y acude año tras año a las concentraciones que se realizan en la provincia, Tomás Iglesias posee toda una gran familia de motociclismo, el árbol genealógico de este hombre se sucede hasta en 35 ramas, 35 motocicletas que hacen que su cochera parezca un auténtico museo del vehículo de las dos ruedas. Este seguidor acérrimo de los viajes en moto se presentó ayer por las calles de Almería con una moto con sidecar que data del año 1946, las condiciones del vehículo no parecían vaticinarle una edad tan avanzada. El día presentó un sol radiante que hacía necesaria la constante hidratación por parte de los asistentes, en este sentido, Tomás Iglesias también iba preparado, sus gafas de sol no pasaron desapercibidas ante nadie, incluso le robaron protagonismo a las invitadas del día, pero sus gafas no fueron las únicas para luchar contra las altas temperaturas, en su sidecar, una nevera bien helada guardaba refrescos y cervezas, pues el día en la moto fue largo, teniendo su culmen en la llegada al El Toyo, tras recorrer las calles de la ciudad y sacar a la gente de sus balcones para mirar la caravana que dibujaba un mosaico de colores y contrastes desde las alturas. También quedo tiempo y espacio para que profesionales del sector mecánico sacaran a escena sus creaciones y modificaciones de numerosas motos. Los hermanos García Almécijas mostraron sus motocicletas tras una larga y ardua adaptación y vuelta a la vida de los vehículos: "Llevamos varios años restaurando motos abandonadas, hacemos chapa, pintura y mecánica. Algunas de las motos que arreglamos son auténticas bragas rotas".

La Feria abre paso un año más a las reliquias sobre ruedas por las calles ante la mirada de los vecinos.

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