Apenas escasos metros separaban la carpa en la que más de una docena de niños y niñas daban rienda suelta a sus habilidades como neófitos ceramistas de los más de 25 puestos en los que profesionales del barro y la cerámica muestran (y venden) sus creaciones a los transeúntes de La Rambla durante estos días de Feria. El presente y, quién sabe, si el futuro de una tarea tan artesana agarrados de la mano en la Avenida Federico García Lorca para hacer de esta céntrica vía de la capital el punto neurálgico de la alfarería almeriense.

Y es que los talleres infantiles destinados a familias al completo concluyeron este viernes cosechando el más rotundo de los éxitos. Máscaras con texturas y flores de arcilla fueron las elaboraciones que los pequeños moldearon con la libertad de poner sobre la mesa sus dotes artísticas propias.

Todo bajo la supervisión de sus padres y madres y de Toñi Moya, ceramista conductora de la iniciativa. “El enfoque que se le ha querido dar este año a los talleres ha sido el de fomentar un trabajo en equipo con los padres”, explicaba Moya a este periódico, congratulándose a su vez por el funcionamiento de la propuesta y por “las muchas ganas de crear cosas” que están demostrando los jóvenes. “Hay una implicación y una complicidad especiales”, apostilla.

El taller levantó tal expectación que el goteo de pequeños y padres fue constante durante toda la jornada. A su llegada, a los novatos ceramistas se les explicaba los distintos tipos de arcilla existentes y su procedencia, cómo se debe manipular, así como los tiempos de secado y cocción. Acto seguido, se les presentaba la actividad y la dinámica de la misma.

Pequeños y familiares se han implicado en la creación de piezas de cerámica.

Desde la ciudad aragonesa de Zaragoza procedía Agnieszka, una madre que ha elegido Almería para pasar sus vacaciones y, acompañada de sus dos hijas de 9 y 5 años, no ha querido perder la oportunidad de disfrutar de este taller de alfarería. “No sabíamos que había Feria y gracias a un folleto nos hemos enterado de estos talleres. Como ya estamos un poco cansados de playa, hemos venido para disfrutar de esta actividad”, apuntaba.

Paula, también ha optado por subirse al tren de esta iniciativa infantil junto a sus vástagos, que, como contó a Diario de Almería, ya cuentan con experiencia en el mundo de la alfarería. “Están muy entusiasmados y dejando que la imaginación vuele. A nosotros, como padres, nos gusta que puedan explorar este tipo de actividades, desarrollar su creatividad y que sigan trabajando en esto si les gusta”, argumentaba. También los jóvenes artesanos pidieron la palabra para expresar sus impresiones acerca de esta iniciativa. Leonardo, de 7 años, aseguró que esta era su segunda experiencia con la arcilla y que tiene claro que le va a buscar un lugar privilegiado en su casa a la creación que estaba moldeando.

Familias ceramistas

Con el de este viernes, los talleres infantiles de alfarería llegan a su fin. El balance de participación e implicación, señala la responsable Toñi Moya, es “buenísimo”. “Estoy encantada, los padres han sido geniales y se han portado fenomenal. Hemos creado familias ceramistas”, argumentaba esta artesana que ha dejado apartada su labor en el taller para involucrarse en el ámbito educativo y trasladar el arte de la alfarería a los más pequeños y a sus familiares.