Feria

Gigante y cabezuda tradición

  • Veinticuatro figuras desfilaron en la tradicional diana por el casco histórico de la ciudad Se trata de una actividad con más de cien años

S on 8:00 horas del jueves 22 de agosto y, ¿qué hacen reunidos Isabel y Fernando, los Reyes Católicos, Don Quijote y Dulcinea, la Moza y el Curro de Almería y otros reyes de la historia? Pues nada más y nada menos que bailar y disfrutar de una de las actividades con más tradición de la feria: la Diana de Gigantes y Cabezudos. Es el único desfile de estos disfraces que queda en la Feria de la ciudad, y es que sus 103 años de historia y la ilusión y fe de las familias que participan puede con todo.

Doce "gigantes" calientan motores, acompañados de sus doce fieles cabezudos. "Son 40 kilos de peso sobre nosotros, pero la motivación es la ilusión, habrá gente que no entienda que madruguemos y sigamos la tradición, pero esto es una familia con tradición", explica Manuel López, que desde los 15 años lleva saliendo en la diana, mientras su hija Rocío lo mira orgullosa antes de ver cómo se convierte en el Curro, una figura tradicional de Almería. Por su parte, Juan José Jerez, que porta uno de los reyes, afirma que son dos horas de mucho calor, pero merecen la pena. Comienza el desfile, y los hermanos Juan y Encarna Jerez están preparados para el paseo. La joven refiere que la primera vez que acudió a la diana fue en "la barriga de mi madre", y que su hermano lleva una de las figuras en honor de su padre, ya fallecido, "es una tradición de padres a hijos".

El veterano Manuel Collado observa a la figura de la Moza de Almería con admiración, y más tarde la portará y deleitará a todos con sus bailes. Este albañil empezó con seis años ayudando a pintar figuras y hoy lleva más de cuarenta siendo gigante. "Lo más importante es la ilusión, aquí todos somos una familia y es una pena luchar para que esto no desaparezca", comenta el veterano del grupo. Alrededor, los cabezudos corretean y bailan. Son niños, niñas y mujeres a los que madrugar hoy no les ha costado nada y lo hacen con la mejor de las sonrisas, como Ainhoa López o Coraima, dos de las chicas. Las figuras avanzan por el barrio de Pescadería, a ritmo de Paquito el Chocolatero gracias a la agrupación musical San Indalecio de la Cañada, que es el primer año que tocan para esta diana, bajo las órdenes de su director Francisco Pérez. Mientras, el oficial primero de Alcaldía José Miguel Ortuño y su equipo velaban por que todo saliese bien y en reinase el orden. Entre el madrugador y fiel público se encuentran María del Mar Galera y María del Mar Pérez, que pese a vivir en Granada y Córdoba, no faltan ningún año a esta cita. "Es increíble hacer todo el recorrido con ellos, no nos lo perdemos nunca", confiesan ambas y añaden que debería hacerse por todos los barrios. Estas simpáticas madre e hija logran hacerse una foto con su gigante favorito, el rey Almutasín, que siglos después revive en Almería para hacerse de nuevo con la Alcazaba. Tras la parada en la plaza de Pavía par recuperar líquidos perdidos bajo los gigantes, el grupo reanuda la marcha ante la atenta mirada de un público abundante, como todos los años, y cuando llegan a la plaza de la Catedral, fin del trayecto, el cansancio y calor se convierte en alegría, baile y diversión, porque merece la pena mantener una tradición centenaria.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios