Una de las bandas más míticas del rock nacional visitó la Feria en la noche del jueves. Mago de Oz, la banda creada hace 24 años por su batería, Txus di Fellatio, trajo al Palacio de los Juegos Mediterráneos su música llena de sonidos celtas e inolvidables letras.

Desde las 22:00 pudieron verse largas colas en la entrada al pabellón. Personas de todas las edades, casi todos ellos enfundados en camisetas negras de Mago de Oz y otros grupos míticos como Metallica, Kiss o Los Suaves. Con una cerveza en una mano y la otra alzada al aire con los dedos formando unos cuernos, recibieron l grupo telonero, los almerienses La Skala de Richter.

Durante una hora se ganaron al público con sus canciones y su carisma sobre el escenario. Tuvieron que alargar su actuación, prevista en media hora, ante el retraso del grupo principal.

Cerca de las 00:00 horas empezaron a sonar los violines, a la vez que el público gritaba "Maaagoo". El primero en subirse a las tablas fue Txus, el líder de la banda, que desde la batería saludó enérgicamente a los cientos de presentes. En unos segundos el escenario se llenó por completo. Los ocho instrumentistas y el nuevo cantante de Mago de Oz, Zeta, empezaron a interpretar A marcha das meigas.

El concierto se engloba dentro de la gira "Brujería, Brujería (tan dentro del alma mía)" con la que los madrileños están recorriendo España. Cantaron hasta diez canciones de su último álbum, Hechizos, pócimas y brujería, además de algunos de sus temas más míticos.

A pesar de la sensible baja que sufrió el grupo a finales de 2011, cuando el cantante José Andrea dejó la formación, sus fans siguen fieles al estilo de Mago de Oz. El jueves cantaron de principio a fin todas sus canciones, aunque las míticas fueron las que provocaron el éxtasis colectivo. El libro de las sombras, Molinos de viento y La costa del silencio aparecieron salpicadas entre los temas nuevos. La última canción que sonó fue la más esperada: Fiesta Pagana. Un broche de oro para una noche que los cientos de asistentes tardaran mucho en olvidar. ¡Que viva el rock!