DESDE hace 27 años torea por las plazas delmundo un jinete único: Pablo Hermoso de Mendoza. Hoy por hoy el mejor rejoneador del orbe. Sin duda un torero rompedor, este navarro, y ya una figura excepcional en toda la historia del toreo a caballo.

Con más de dos mil trescientas corridas toreadas, más de cuatro mil toros lidiados y más de mil quinientas Puertas Grandes, contando con las principales y más importantes del toreo, no hay parangón alguno, sino con los más grandes del rejoneo de épocas pasadas, como, don Álvaro Domecq, Ángel Peralta o el mismo Joao Moura.

Su toreo de verdad, bravo y emotivo, con la maestría del jinete que forma parte de sus caballos, formando un todo en la arena. Porque en el ruedo no son dos, jinete y montura, sino uno sólo en cuerpo y mente con absoluta identificación entre ambos.

Sus caballos torean con la maestría de quién los dirige, jugándose la vida en cada corrida. Caballos míticos que ya no están, como Cagancho o Chenel y los que siguen vibrantes, heroicos, como Pirata, Manile, Botero, Funchal y tantos otros.

Con todos ellos el maestro torea por derecho, emplazando al toro en el terreno exacto antes del cite, para ir en rectitud hacia el morlaco a distancia, pero ya dentro del toro, con lentitud, temple, dando el pecho del equino para clavar después al estribo, lo que equivale a medio pecho, a la suerte cargada, en el toreo a pie.

Estamos en la Edad de Oro del toreo ecuestre y Pablo hermoso de Mendoza está en la cumbre de ella tras un brillante historial.

En el albero, forma la danza perfecta, toro y centauro, centauro y toro, tanto monta, hace que la pureza de lo que vemos nos lleve a entender la trascendencia de lo que ocurre a nuestro pies y entendamos verdaderamente esa lucha eterna entre la vida y la muerte.