Poveda armó la revolución

Todos presagiaban que sería una noche de éxito. Así fue. Miguel Poveda abrió la puerta grande de la Plaza Vieja en una noche de arte con un recital flamenco auténtico, con más de dos horas sobre el escenario y demostrando porque ha sido llamado a ser uno de los grandes del cante. Hace unos años era una promesa, hoy es ya una realidad. Poveda se ha convertido en una de las figuras del flamenco que atrae al público, que convence y que además sabe ganarse a todos por su cante.

La primera cita del Festival de Flamenco Ciudad de Almería en su 46ª edición hizo retumbar los cimientos del flamenco que dejaron otros grandes como el mismísimo Camarón de la Isla. Y es que se hace ya obligatorio un hueco en estos anales para este artista que cumple ya 20 años en el mundo de la música en un momento en el que su carrera sube, como quien dice, como la espuma.

Cerca de 2.000 personas se congregaron el lunes en la Plaza Vieja. Había mucha expectación por ver a Poveda y disfrutar de su forma de cantar las soleares, los tangos, las bulerías e incluso los verdiales. Poveda recoge en su voz una forma de cantar distinta, una forma distinta de expresar su sentimiento flamenco.

El artista aprovechó su encuentro en el Festival de Flamenco almeriense para presentar su recientemente estrenado disco ArteSano. Un trabajo donde el cantante explora las profundidades del flamenco para rescatar su verdadera alma y añadirle ese toque de clase y elegancia que solo él y su cuadro flamenco saben hacer.

Tan solo 2 guitarristas, un percusionista y 3 voces coristas le hicieron falta al artista catalán para poner en pie al corazón del Casco Histórico, haciéndolo brillar como en pocas ocasiones ha hecho y sobre todo, como hacía tiempo que no se veía en Almería.

Y por si faltara algo, la bailaora malagueña Susana Lupiáñez Pinto La Lupi, una de las figuras más prestigiosas del baile y la danza actual a nivel nacional, acompañó en este concierto con un impresionante espectáculo de danza flamenca de los que pocas veces se tiene ocasión de ver. Brazos y manos, pies y piernas, el cuerpo entero de la malagueña en movimiento es un auténtico deleite para la vista.

Y si es acompasada por la voz del genio de Miguel Poveda, el resultado es el éxito que el lunes se llevaron a su paso por Almería. Decía el cantaor que "es un orgullo y un placer poder venir a una ciudad que es cantaora y creadora, que ha dado artistas inmortales para el panorama mundial, como Tomatito".

En el recuerdo de los asistentes quedarán momentos tan místicos como en el tema Con ser tan sabio, emocionantes como Con-vivencia, o tan íntimos como la Nana de los Rosales. Hubo tiempo también para la fiesta, que llegó de la mano de canciones como ¡Qué disparate! o Triana, puente y aparte.

Todos ellos con mucho fondo y sentido que se convierten en un añadido más para la perfección del arte en estado puro que Poveda ofreció en su cita con el público almeriense. Y por supuesto, no faltaron los homenajes a los grandes, como Fernando Terremoto o Camarón de la Isla. Pero, como no podía ser de otra forma, una de las canciones más aplaudidas fue El alfarero, el tema más sentido en cuanto a letra, música y sobre todo, voz. Una bulería de Jerez que llegaba a lo más hondo.