Las atracciones son una parte fundamental de toda feria que se precie. Siempre ha habido cacharritos en los diferentes emplazamientos que ha acogido la Feria de Almería. La sencillez primaba en las atracciones de antaño. Hoy en día, más modernas y algunas, perfectas para eliminar adrenalina, ya que se busca el riesgo a través de arriesgadas caídas libres. Pero en toda feria, no falta atracciones clásicas de las que han podido disfrutar diferentes generaciones. Cacharricos que no se quedan anticuados y siguen despertando el interés de las nuevas proles.

Entre los clásicos de la Feria se encuentran el tren de la Bruja, la noria, los tiovivos, los ponis y los coches de choque. También, y no se sabe el por qué, son los cacharricos preferidos por los niños. Atracciones que han disfrutado abuelos, hijos y nietos y que después de décadas siguen gustando al público. Eso sí, renovarse o morir. Por ello, estos míticos cacharricos con los años se han modernizado.

Por ejemplo, todo un clásico son los escobazos del tren de la bruja. A la mayoría de los niños les encanta, aunque a algunos, los de menos edad, temen entrar en el oscuro túnel y ser sorprendidos por un personaje enmascarado que los recibe a escobazos. Los más atrevidos les encanta ya que su único propósito es intentar arrebatarle la escoba a este individuo que antaño era una bruja y hoy suele ser un payaso o incluso personaje de Disney. Siempre con la cara tapada.

Estas clásicas atracciones -junto a otras muchas- ya están instaladas en el ferial de la Vega de Acá y esperan con impaciencia ponerse en marcha para lograr un año más la diversión de los niños.