Feria

"Me daba igual morir en mi país que ahogado en el mar"

  • El Súper Ratón esconde tras de sí la historia de Rezki El Orabi, un argelino que se fue de su país huyendo de la guerra y de las penurias provocadas por la misma

Luces, diversión, niños sonriendo, la ilusión de la Feria, y detrás del Súper Ratón, esa gran atracción de la que los almerienses pueden disfrutar desde hace 4 años en estas fiestas, la historia de Rezki El Orabi, un argelino que llegó hace 14 años a España, cuando apenas contaba con 21, atravesando el estrecho de Gibraltar en patera para poder sobrevivir a la guerra que sufría su país.

Sin papeles, sin nadie a quien acudir cuando los problemas acechaban, sin chapurrear palabra alguna de castellano, sin dinero con el que poder comer y tras engañar al dueño de la patera en la que viajó, con el que firmó un contrato que jamás pagó por no tener un sólo duro.

La travesía de Rezki duró 5 horas en las que, en la fría oscuridad de la noche se exponía a enormes peligros que le podían haber salido demasiado caros. ¿Y si le hubieran pillado y hubiera tenido que ser devuelto a su país? Mejor no pensarlo. Lo cierto es que este argelino de mirada limpia y directa, aun reconociendo las dificultades por las que vivió, afirma que volvería a pasar por todo aquello, "porque daba igual morir en la guerra de Argelia que hacerlo en mitad del mar ahogado.

Esas palabras, que suenan terribles y que suelta con una facilidad en el habla pasmosa, parecen haber olvidado sus primeros tiempos en España. Tras esas 5 largas horas de incertidumbre cruzando el estrecho que separa las aguas calientes del Mediterráneo y las gélidas del océano Atlántico, se avecindó en Algeciras, donde estuvo tirado en el césped de un parque durante mes y medio, algo que recuerda con la añoranza de quien ha sufrido mucho por algo que ha conseguido después.

Pasado ese tiempo junto a bancos, palomas y viendo la vida pasar mientras observaba cómo los españoles tenían unas condiciones que él añoraba, encontró algunos pequeños trabajos que le permitieron comenzar a levantar su vida como ilegal a cientos de kilómetros, estrecho mediante, de su hogar, su dulce hogar. Afortunadamente, Rezki encontró trabajo en la empresa de atracciones para ferias y fiestas del sevillano Vicente Bañuls, para el que trabaja desde hace ya casi esos 14 años en los que se ha convertido en un ciudadano de España por derecho.

Pasada toda esta odisea, hoy es el encargado de la atracción Súper Ratón, con la que recorre la geografía española de arriba a abajo sin descanso. Según afirma humildemente, fue escogido para el cargo simplemente por ser el único que no bebe y que no fuma ni nada por el estilo, lo que le permite tener buena memoria. Y es que Rezki es musulmán, y por vivir coherentemente su fe no consume ese tipo de productos nocivos para la salud. En este sentido, y en pleno mes del Ramadán, reconoce que el trabajo se hace duro, pero que la fuerza que le da su Credo es muy superior al calor y al no comer mientras el sol ilumine el día.

Ahora, quedando lejos en el recuerdo aquellos días en que no tenía nada, tiene 35 años, vive legalizado, está casado con una argelina y tiene 3 hijos trillizos nacidos hace 2 meses. EL problema es que su familia reside en su país de origen, por lo que apenas puede verla cada 4 ó 5 meses, aunque reconoce que "sueña cada noche" con ellos. En España tiene un hermano en Murcia que también está casado, pero su sueño es volver a Argelia junto a su gente, cosa que haría si tuviese los medios, porque en España se vive muy bien, pero como en casa no hay lugar en el mundo para disfrutar de la vida.

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