La tradicional puesta en escena de los fuegos artificiales se ha convertido en una actividad que ha servido para poner punto y final a las fiestas año tras año. Son muchas las personas que deciden olvidarse del Recinto Ferial para acudir a esta actividad que tiene un toque de romanticismo y mágico que no tienen la mayoría de las citas de la programación.
Familias con sus hijos, parejas y amigos decidieron tirarse en la playa, algunos, y otros quedarse desde el Paseo Marítimo para ver la ida y venida de juegos de luces y formas.
Muchos ya iban preparados con sus toallas para poder ver los fuegos artificiales con la máxima comodidad y tranquilidad del mundo.
Muchos sacaron sus smartphone para también dar rienda a su talento fotográfico y, posteriormente, mostrar su arte en las redes sociales.
Es una de la actividades que cierran estas fiestas y que sirven para pensar en los momentos vividos juntos a las personas queridas durante estos días de Feria. Ya solo queda esperar un año para la siguiente.
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