La eterna música de Disney

Una sonrisa musical para los más pequeños. El Paseo de Almería fue protagonista de un concierto infantil sonado por la Banda Municipal de Almería. Las canciones protagonistas fueron las eternas del Walt Disney. Dieron el pistoletazo de salida con la banda sonora de Tarzán, Phill Collins.

Clarinetes, saxofones, trombones y trompetas tocaron al ritmo del director de la orquesta. Con baqueta en mano, Francisco José Hita, dirigía a su conjunto de instrumentalistas para deleitar a las familias y niños que se concentraron para escucharles.

Simultáneo a la música, los animadores realizaron varios concursos con regalos para los más pequeños. En un sombrero guardaron diversos números, luego, los músicos interpretaban parte de la sintonía y el primer niño que supiera cuál era la canción, se levantaba y cogía uno de los numeros. Si acertaba la melodía, con la cifra que tuviera, se ledaba un regalo en concordancia al número.

Los artistas musicales sorprendieron a los niños con historias de Disney como La Bella y la Bestia, y de otras productoras, La Pantera Rosa, Harry Potter o Jurassic Park.

Francisco José Hita es un brillante músico y director, que estudió en el Real Conservatorio Profesional de Almería, Conservatorio Superior Victoria Eugenia de Granada y en el Conservatorio Superior de Música Bonifacio Gil de Badajoz. Debido a su gusto por el mundo sinfónico empieza a formarse como director en 2011 asistiendo a diversos cursos de dirección y recibiendo clases del director Íñigo Pirfano. Tras esto, animado por el maestro Miguel Romea, decide dedicarse a tiempo completo a la dirección orquestal y se convierte en gran referente además de guía en el aprendizaje de una técnica que conecte con el sonido y transmita un mensaje claro y directo. Ha sido invitado a dirigir distintas orquestas y bandas de música en Madrid, Burgos y Almería, destacando la Orquesta Ciudad de Almería, Joven Orquesta Sinfónica de Burgos o la Orquesta de Cámara de la Universidad Complutense de Madrid.

El concierto fue un éxito rotundo. Casi un centenar de madres, padres, abuelos, abuelas, tíos, tías, amigos, amigas acompañaban a cualquier infante a pasar un rato agradable y divertido. En brazos o sentados en cima del familiar , los niños hacían palmas. Ilusión, risa y entusiasmo se vislumbraban en el gesto de los asistentes.