Feria de Almería 2022

Lo mejor estaba por llegar en la feria taurina

  • Emilio de Justo y Roca Rey salen por la puerta grande con tres orejas cada uno en una tarde entretenida

  • El ganado de Núñez del Cuvillo contribuyó al lucimiento de los toreros

Emilio de Justo y Roca Rey salieron a hombros.

Emilio de Justo y Roca Rey salieron a hombros. / Javier Alonso

No se había vivido todavía una tarde redonda este año en los festejos anteriores de la Feria de Almería, pero sin duda lo mejor estaba por llegar en el mano a mano de ayer entre Emilio de Justo y Roca Rey. Una corrida inmensamente más entretenida que la del sábado y de la que ambos diestros salieron triunfadores, a hombros por la puerta grande.

Emilio de Justo recibió al primero con verónicas y chicuelinas muy jaleadas por el público, a quien no gustó que el astado doblara las manos al salir del caballo. El diestro brindó al público, que volvió a enfadarse tras otra caída del toro tras la primera serie con la muleta. Con mucho oficio, el cacereño logró someter a su oponente y mantenerlo en pie con naturales muy pausados, acompañado por los olés del tendido. De Justo facturó una gran estocada que encandiló al público, consiguiendo cortar las dos orejas del primero de su lote.

Un pase de Emilio de Justo. Un pase de Emilio de Justo.

Un pase de Emilio de Justo. / Javier Alonso

Uno de los grandes atractivos de la tarde y de la feria sin duda era Roca Rey, quien compareció, en su línea, muy hierático y dando pases con el capote caído. Tras un buen puyazo, brindó la muerte de su primer toro al propio Emilio de Justo, y en el inicio de la faena el animal comenzó a buscar la muleta con mucho genio, logrando someterlo por bajo, a base de naturales y derechazos largos y pausados. Tras unos bonitos adornos finales y una estocada muy buena, el diestro peruano igualmente se garantizó el triunfo con otras dos orejas. El mano a mano no podía haber comenzado mejor.

Importante susto para Roca Rey en el cuarto; en el sexto salió con un aparatoso vendaje en una pierna

Emilio de Justo se encargó del tercero de este espectacular mano a mano, un toro que pronto se fue a chiqueros, apenas cuando el diestro estaba ejecutando pases de recibo. Recibió un buen puyazo, quizá excesivamente prolongado, y el destinatario del brindis fue Enrique Ponce, presente en un burladero del callejón. El diestro logró llevar al toro a los medios con bonitos derechazos y allí se le coló dos veces por el pitón derecho y comenzó a tornarse peligroso, con cada vez menos embestida y transmisión. De Justo arriesgó mucho cerca de los pitones, pero mató muy mal, con un metesaca y una estocada que no generó más que una leve petición de oreja. Matar mal no se perdona en Almería.

La espada privó a la tarde de la apoteosis. Matar mal no se perdona en Almería

Roca Rey comenzó arriesgando en el cuarto, ante un tendido distraído con el final de la merienda. Emilio de Justo le hizo un quite por chicuelinas ceñidísimas, muy espectacular, y a continuación el peruano brindó el segundo de su lote al tendido. La comenzó con los pies muy juntos y bajando mucho la mano, apretándole por el pitón izquierdo. Pero la faena empezó a languidecer en el centro, y de tanto porfiar y quedarse en los mismos pitones, en una de las ocasiones el toro lo volteó y lo buscó estando en el suelo. No tuvo que pasar por la enfermería, pero Roca se llevó un importante susto, golpes y magulladuras. Cuando volvió a la cara del toro lo mató de pinchazo y estocada, y logró cortar su tercera oreja de la tarde.

El quinto, para Emilio de Justo, era un verdadero buey con 615 kilos de peso, de ahí el puyazo largo que recibió. Tras un buen tercio de banderillas, brindó el toro a su compañero de mano a mano, que se recuperaba en el callejón. Comenzó con pases por ambas manos y llegando hasta los medios. Allí toreó muy de frente, con buenos naturales y dejando reposar al inmenso toro. Con el público entregado, y pese a un primer pinchazo, mató con una estocada delantera y sumó otra oreja.

Roca Rey sufrió una aparatosa voltereta en el cuarto. Roca Rey sufrió una aparatosa voltereta en el cuarto.

Roca Rey sufrió una aparatosa voltereta en el cuarto. / Javier Alonso

Faltaba por ver cómo había quedado Roca Rey tras la paliza en el cuarto, compareciendo el peruano con un aparatoso vendaje en la pierna derecha y una leve cojera. Lo recibió con su habitual toreo inmóvil, sin rectificar los pies, y el toro intentó rajarse, pero el diestro logró que se fijara y ofreció un bonito catálogo estético, con pases cambiados en los medios y un público entregado. El peruano siguió porfiando con mucho riesgo y acabó de rodillas, en lo que parecía que iba a suponer una apoteosis final, pero aquella fue matizada nuevamente por una mala ejecución final con el acero, que le privó de cortar apéndice alguno. Ambos diestros salieron a hombros gracias a sus respectivas tres orejas.

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