Seis 'minichefs' por edad, cocineros del futuro por vocación

Fueron seis 'minichefs', pero bien pudo tratarse de una congregación de maestros de la cocina, al menos si se atiende a su destreza para desenvolverse en los fogones y al sabor de sus platos. Esta es el balance que se extrajo ayer de la final del IV Concurso de Gastronomía Minichef, que en esta edición ha contado con un nivel sobresaliente de sensaciones y presentación. María Cervilla y sus calamares con "salsa almeriense" se alzaron con el primer premio de una final muy disputada por la variedad de las recetas. Cebolla, pimiento verde, sal, tomate triturado, pimienta, vino blanco, ajo, perejil, almendra y calabacín, una guarnición "al estilo María" para seducir al jurado, entre el que se encontraba Javier Llamas, concursante de MasterChef Junior.

El tabernero más tradicional, obra de Émilie Martínez, fue el segundo premio. Pimientos rojos, amarillos y verdes, tomate de la tierra, berenjena y calabacín fueron las claves para exhibir una elaboración con mucho sabor. Tampoco defraudó Enrique Marín, que presentó un solomillo de los Vélez aderezado con fino oloroso acompañado con musolina de patatas. Tercer premio para una elaboración completa y de excelente presentación. Sus ingredientes fueron pimientos rojo y verde, zanahoria, cebolla, fino oloroso, mantequilla, ajo y pimienta, coronados con un caldo de carne. Como toda receta particular, escondía un secreto y no fue otro que pedir consejo a profesionales con dilatada trayectoria.

Si hubo igualdad, fue precisamente porque el paladar disfrutó de todos los platos, así lo subrayó el jurado en la deliberación. A ello contribuyeron los tres participantes restantes. Luna Bellón preparó un arroz de gambas de Garrucha con almejas y ajo blanco. No le faltó un detalle a los rollitos de primavera con arroz tres delicias, elaborados por Miriam Martínez. Utilizó zanahoria, cebolla, pechuga de pollo, salsa de soja, pimiento, jamón cocido, huevos, maicena, salsa de tomate y vinagre de arroz. Invitaba a la degustación la vistosidad de la pasta a la carbonara con calabacín de Adriana Fernández, que decoró con una hoja de laurel en la presentación.

Fue una hora y media de intenso olor en el Paseo de Almería, algo que solo puede estar al alcance de seis 'minichefs' con arraiga vocación y pasión por la cocina. El futuro más próximo de los productos autóctonos está en las mejores manos.