Cuando son vísperas de feria, la emoción brota de todos, tanto si somos mayores como si somos pequeños. Así lo demuestran todas las noches las familias que acuden en manadas a disfrutar de las noches de feria o, los pequeños séquitos de 3 o 4 miembros, que por ser pocos no van a pasarlo peor que los demás.

"Son días para estar con la familia, pues casi todos estamos de vacaciones y pienso, que con quienes más hay que aprovecharlos es con los hijos", afirma Carmen María, que asiste a la feria cada año acompañada de toda la familia.

Si es cierto que muchos padres trabajan durante las fiestas de la patrona, pero sacan fuerzas sobrehumanas para pasar los días con los suyos, aprovechando lo poco que queda. Muchos disponen de pocos días para estar con los hijos, por lo que, en cuanto encuentran tiempo, van a disfrutar al máximo de la feria con sus retoños. "Mi marido se dedica a la hostelería, por lo que trabaja los días en los que otros tenemos fiesta. En cuanto ha tenido libre en feria, hemos salido con los niños", continúa Carmen María.

Mañana es 1 de septiembre, vuelve la rutina del trabajo, el síndrome post-vacacional y, por ende, todos los días, el recinto ferial ha acabado abarrotado en los últimos días de esta temporada de festejos.

Por otra parte, las atracciones son también demandadas por los padres, que, a veces, con la excusa de "acompañar al niño para que no tenga miedo", montan con ellos. Puede demostrarse, sobre todo, en atracciones consideradas más peligrosas para los más pequeños, como el caso del King Kong, el Pulpo o el Ratón Vacilón, donde muchos no pueden montar por la edad.

Pero, en otras ocasiones, los padres suben con sus hijos porque todos somos "como niños" en estos días de júbilo.