Feria

Del porrón a la bota y al vaso de plástico

  • Son muchos los recipientes que han contenido el tinto de verano, rebujito o cerverza de la Feria del Mediodía almeriense. El envase ha evolucionado hasta hacerlo menos atractivo

LA garganta bien abierta, con su vía correspondiente preparada para tragar todo el vino o cerveza que sea capaz de engullir. Son muchas las formas que hay de ingerir un líquido, pero son más los recipientes que lo contienen. La Feria de Almería ha vivido la evolución de los distintos continentes que han portado rebujito, tinto de verano o cualquier bebida que se precie.

Los porrones fueron durante años los que imperaban por los omnibús y calles de las fiestas almerienses. Las calles estaban pobladas por jóvenes y mayores que se paraban para alzar el brazo y que la bebida cayera desde una altura adecuada.

La vida de los porrones en la Feria de Almería murió hace poco, menos en algunos sitios que continúan con la tradición.

Los años de inflexión los vivieron las botas de vino. Ese estrujar fuerte para que cayera el líquido rojo era una auténtica motivación para muchos de los jóvenes y mayores. Que cayera en un ojo o que la ropa quedara inutilizada para siempre, no era obstáculo para que todos y cada uno de los que pisaban la Feria del Mediodía empinaran la bota y empezaran con el ritual. Unos movían al compañero para que se le cayese, otros intentaban aguantar hasta que se derramara y los más valientes se la iban pasando de boca en boca para mostrar una habilidad sorprendente.

Ahora toca ser más formal que en años anteriores y si a alguien le apetece hacer malabares con el soporte de su contenido lo tiene que realizar con un vaso de plástico. Un pequeño objeto que no tiene boquilla para que canalice el vino hacia la garganta, el vaso de plástico. Un envase que saca otro sabor al líquido embriagador y que no ofrece nada nuevo de lo que cada uno se toma en casa.

Hay tradiciones que se mantienen y otras que desaparecen. Me gustaría que el recuerdo de un líquido cayendo sobre mi garganta corriera como lo hacía en antaño. Ahora toca que nuestros vasos eviten el roce del cartón del envase que menos cautiva y que más eriza el bello del personal que va a la Feria del Mediodía.

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