LA televisión fue, desde sus inicios, una fábrica generadora de famosos. La mayoría de ellos tan fugaces como el el surco de una perseida en una noche de agosto.

A pesar de lo acotada de la fama, gran parte de los personajes que la "caja tonta" ha hecho inmortales por un día, por un mes, por un año... son en verano una troupe circense, caminando de feria en feria para aprovechar el tirón alcanzado y llenar las alforjas, en previsión de tiempos peores.

El "pulga (Juan Rosa Mateos, ya fallecido) y el linterna (Manuel Sarría)", alcanzaron la efímera gloria en el programa tlevisivo "Un, dos tres", del genial Chicho Ibáñez Serrador. Aunque llevan muchos años juntos, el éxito les llegó tardío y con sólo una frase. Vestidos de toreros, con gags cortos, pero bien hilvanados, en un momento de su actuación preguntaban: ¿Cómo estaba la plaza? A coro, público incluido, respondía: abarrotaaaa.

Un filón como este no podía desaprovecharse y en los teatros de mediados y finales de los ochenta, que poblaban las ferias, el "Dúo Sacapuntas" eran las indiscutibles estrellas de una España que todavía tenía cerca el recuerdo la dictadura y de una Almería que pugnaba por salir de los últimos lugares del ranking económico del país.

Lo que hoy seguro que es visto con aire casposo, incluso cutre o friki, fue entonces el regazo sobre el que se asentó el humor patrio, muy dado a inventar personajes "diferentes", en la que los maestros seguían siendo Andrés Pajares o Fernando Esteso.

Aquella Feria, en la que "El Pulga y el Linterna" abarrotaban día tras día el escenario-carpa del teatro que los había contratado, todos buscábamos alternativas, soñábamos con que Almería fuera una tierra de oportunidades y, como ellos terminaban sus espectáculos, creíamos que el veintidós era algo más que un número o una meta por alcanzar.