Había que aprovechar el último día de Feria al máximo y se ha conseguido. El centro fue más heterogéneo que ninguno de los días anteriores. Familias con sus pequeños, grupos de jóvenes, parejas y despedidas de solteros y solteras se mezclaron entre sí para llenar de diversidad de colores las calles del centro.

Así que por ser el último día, los visitantes de esta Feria intentaron liarla más que nunca. Muchos dejaron a un lado los ambigús y se unieron a las charangas que recorrían el centro de una a otra terraza. Al ritmo de Paquito el Chocolatero se han vivido varios de los mejores momentos de estas celebraciones, que ayer tocaron a su fin. Ahora es tiempo para descansar. A partir de hoy, los almerienses tienen permitido hacerlo.