Plasmar la realidad a través de un papel negro y unas tijeras. Con estos dos instrumentos tan sencillos, Alejandro Rived ha conseguido formar colas durante dos días en el Ayuntamiento y en la Plaza de Abastos de El Ejido para retratar los perfiles de los asistentes al máximo detalle.
-¿Cómo definiría este trabajo?
-Es una forma de dibujar. Es el esqueleto de la pintura. Llevo como pintor 22 años, desde el 87. Dibujar con la tijera.
-¿Cómo comenzó?
-Empecé sin conocer la historia de Ettienne de Silhouette. Comencé a salir en el periódico Cambio 16 por una silueta que le hice a George Washington.
-¿Cuáles fueron sus primeros pasos?
-Me tiré a la plaza como los toreros. Empecé a realizar mis primeras siluetas en el Balcón de Europa de Nerja con unas tijeras de cocina.
-¿Cómo fue la experiencia?
-Despacito lo fui dibujando con la tijera y una francesa me pidió una, y así comencé. Hay que enfrentarse a los miedos desde el primer momento.
-Son muchas horas de ensayo.
-La práctica hace al maestro. Hay veces que realizas dos o tres actuaciones por mes y otras veces que no tienes, eso se nota.
-¿Puede vivir de las siluetas?
-Se puede, pero va con pago retardado. Si todo el mundo lo hiciera por contado, sería más fácil.
-¿Los clientes suelen salir contentos?
-Hay veces que tiene sus imperfecciones y otras que me quedo muy satisfecho. Los rasgos marcados te inspiran más que una silueta más común.
-¿Ha retratado a personajes conocidos?
-Hace tiempo dibujé a mi amiga Ángela Molina, Luis Solana, a personajes conocidos de Portugal.
-¿Es difícil trabajar con niños?
-A los más pequeños es complicado hacerle la silueta porque no se quedan quietos. Agota mucho. Aunque hay algunos que se portan mejor que algunos mayores.
-¿Qué le aporta?
-Cuando la gente se siente identificada y recibes halagos es muy gratificante.
-¿Cómo resumiría su experiencia?
-Es una historia muy sencilla, pero tiene algo de magia.
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